𝑳𝑼𝒁 𝑬𝑵 𝑳𝑨 𝑶𝑺𝑪𝑼𝑹𝑰𝑫𝑨𝑫: (𝑰𝒄𝒉𝒊𝒓𝒐 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓)

『𝑴𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔 𝒂𝒍 𝒂𝒊𝒓𝒆 』

"Por favor, no seas lo que te hicieron"

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Existe un suceso en mi vida que pocos saben. Siempre me pareció poco adecuado contarlo y nunca fue algo que hubiese deseado contar. Es por eso, que nadie lo sabía. Solo yo.

Creo firmemente que cada acto conlleva una consecuencia, y esta puede ser buena o mala, constructiva o devastadora. Luego, esta secuela influye en nuestras decisiones, que también repercuten a otras decisiones. Como un círculo vicioso.

¿Por qué lo digo? Porque una mentira de tal magnitud tuvo una gran repercusión en una niña de diez años.

Toda mi vida viví engaña, idealizando una familia que nunca me perteneció y que pretendía pasar por alto el tema de "la adopción". Una familia la cual preferí alejarme, a excepción de Hina. Ella no tenía la culpa de nada, nunca lo tuvo. Al contrario, la adoraba como a nadie: Es por ese motivo que odié a Ichiro cuando insinúo la conspiración.

No tenía la más mínima idea de nada. Pretendía saber todo de mi vida cuando en realidad no la tenía.

Continuaba ofuscada, aún tenía el corazón acelerado y los manos de forma de puños. Aún el coraje no pasaba, pero tenía que calmarme. Estaba por llegar a casa y no deseaba que nadie me viera con este temperamento. En especial hoy, que decidí confrontar a mis papás y contarle todo a Hina. Me negaba a continuar con esta absurda vida de mentiras.

Miré ansiosa la puerta de casa, luego la manija. Por alguna razón ya sentía los nervios en mi cuerpo y ni siquiera miraba a la cara a mamá. Pero bueno, inhalé tanto como pude y luego entré.

Hina ya estaba ahí, con papá y mamá almorzando. No me sorprendí para nada, porque había hablado con ella por teléfono y me hizo saber que ya estaba en casa. Pero lo que me tomó de sorpresa fue lo tan calmados que los encontraba. Por un momento dudé si realmente estaba preparada para romper esa armonía.

Respiré hondo y di un paso hacia adelante. Sentía una mezcla de ansiedad. Pero era el momento de enfrentarlo todo, no había otra salida. Además, quería liberar este secreto que me carcomía por dentro hacía varios años.

—Hola—saludé, tratando que mi voz sonara lo más calmado posible, aunque estaba a punto de quebrarse.

Los tres se voltearon a mirarme. Mamá sonrió con normalidad, al igual que papá. En tanto Hina, me observó con curiosidad y preocupación.

—Necesito hablar con ambos, —solté sin rodeos, mientras los miraba —, en privado. Porfavor.

Noté cómo ambos se intercambiaron un par miradas, confusos. Sus cuerpos se tensaron y esa sonrisa de antes ya no estaba.