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Mingyu se detuvo frente a la puerta conocida y levantó la mano para golpearla pero se detuvo.

Cristo, esto era una locura. ¿Qué estabahaciendo allí a esta hora? Lo más racional sería esperar hasta mañana, en lugar de aparecer a la una de la madrugada como un adicto que necesitaba una dosis (lo que no estaba lejos de la verdad). Wonwoo y su abuela estarían dormidos de seguro, y Wonwoo estaría probablemente enojado con él, por casi patearlo fuera del coche
después de primero haberlo besado. Por no hablar de que Wonwoo no había dado ninguna indicación de que quisiera que sean algo más que amigos. Wonwoo no sostenía relaciones. Y Wonwoo había dicho que quería a Seungcheol.

Mingyu apretó los dientes. No. No había imaginado el hambre y la necesidad en los besos de Wonwoo, no había imaginado a Wonwoo apoyándose en su toque. Esta cosa (esta atracción sin esperanza) no podía ser unilateral. No sabía lo que él haría si fuera unilateral. Nada bueno. Mingyu tenía una punzante sospecha de que no lo tomaría bien si Wonwoo le decía que no estaba interesado. La sola idea lo puso inquieto y ansioso. No quería estar en la situación de Seungcheol. A diferencia de su primo, Mingyu no creía que él fuera capaz de ver a Wonwoo con otra persona. Su autocontrol no era lo suficientemente bueno como para eso.

Al darse cuenta de que tenía los puños apretados con fuerza a los lados, Mingyu los forzó a relajarse. Mierda. Quizás reprimir y evitar las emociones durante años realmente había sido una mala idea: él no sabía cómo lidiar con esto en absoluto. Wonwoo algunas veces bromeando le llamó espeluznante. Mingyu tenía el mal presentimiento de que podría no estar muy lejos de la verdad. Se sentía como una canilla con la llave rota: una vez abierta, no podía ser cerrada de nuevo. Tenía el potencial para convertirse en un acosador espeluznante si Wonwoo lo rechazaba. Jesús. Mejor que Wonwoo no lo rechazara.

Apoyándose en la pared, Mingyu sacó su celular y llamó a Wonwoo.

Tuvo que esperar un rato largo hasta que Wonwoo respondió.

– ¿Huh? – Murmuró, su voz somnolienta y no del todo despierto. Sus ojos estarían probablemente aun cerrados. – ¿Quién eres y por qué mierda estás llamando en medio de la noche?

– ¿Realmente quieres a Seungcheol?

Silencio.

– ¿Min? –Se oyó el ruido de los muelles del colchón.

Mingyu se pasó la lengua por los labios, imaginando a Wonwoo en la cama, con su piel cálida, el pelo alborotado por el sueño, los ojos
soñolientos y los labios un poco hinchados – ¿Mingyu?

– ¿Realmente lo quieres? – dijo, su voz más dura de lo que pretendía. No pudo evitarlo.

Otro silencio.

– ¿Estás celoso? – dijo Wonwoo, un poco inseguro.

Mingyu respiró profundo. – Quizás.

Wonwoo dejó escapar una risa ahogada. – Mierda, esto realmente está jodiendo mi cabeza.

Mingyu pensó que era algo justo, teniendo en cuenta que Wonwoo había arruinado completamente su ordenada, racional vida. – ¿Quieres a Seungcheol?

Wonwoo suspiró. – ¿Alguien te dijo que eres como un perro con un hueso? No, no quiero a Seungcheol. ¿Feliz ahora? ¿Y por qué me estás llamando a esta hora?

– Ven afuera.

– ¿Qué?

– Ven afuera. Estoy aquí, fuera.

Hubo un momento de silencio. – ¿Estás diciéndome enserio que estas fuera de mi casa a la una de la mañana?

– Sí.

obsessed | mwDonde viven las historias. Descúbrelo ahora