Capitulo dos

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Capítulo dos

Tyrion Puttock

Desastre.

Mi vida siempre había sido un desastre, nací en una familia rica donde prácticamente fui forzado a cumplir mi deber muy joven.

Mi hermano mayor murió en un accidente mientras que iba a verse con una de sus numerosas putas así haciéndome el heredero.

A muchas personas como Lev King desearían esa posición yo no, la odie desde el primer momento.

Entendía a la reina perfectamente cuando trajo a Lia y Lev a ser príncipes.

Lev era mayor por derecho le iban a dar el trono aunque muchos pelearon para que el que llevaba la sangre de los Attaway y los King fuera el legítimo al trono todo quedó en nada.

El poder venía con desastre y odiaba ese hecho, nunca me imaginé que lo tomaría tan joven pero así fue creo que tenía la edad de la pequeña perra de Adelia King cuando pasó.

Trece años cuando los soldados del castillo llegaron, mis padres fueron atacados después de un baile real. murieron de una forma grotesca.

Aun puedo ver sus cuerpos cuando me los trajeron era muy joven para eso dijeron la mayoría pero esos eran los que tenían corazón los demás los nobles dijeron que eso me haría hombre.

Dios si, se me paro la verga cuando vi a mis padres muertos eso me hizo tan hombre.

Ellos no lo entendían, nadie lo hacía, Lev no lo hizo, Kirian que tenía más cerebro que nosotros en ese entonces tampoco y mucho menos lo hizo Aleksander a pesar de ser el más cercano a entenderme no lo hizo.

Busque refugio en el funeral, supongo que tenía que plantar cara todo el tiempo que podía pero simplemente verlos dirigirse a mi como marqués fue demasiado.

No quería ser marqués, no quería poder, no quería a mi hermano muerto a pesar de que era un imbecil y no quería que todos me felicitaron por ascender a él poder, mucho menos deseaba que mis padres murieran. No era apegado a ellos pero eran mis padres.

Lia fue la única que me intentó ayudar pero tampoco podía verla ahora, entonces apareció ella.

Nunca lo conocí realmente, la vi hacer berrinches porque su muñeca estaba un poco desarreglada quería que se viera como ella pero cada vez que le traían una muñeca con cabello negro decía que no era lo suficientemente oscuro.

No se si era una bofetada para los demás para mostrarles que ella era una sangre pura y nosotros no pero no funcionaba.

Tenía un vestido negro que rebalsaba su figura quien la vistió no fue su madre tenía entendido ya que nunca dejaría que su hija de diez años usara un vestido de adulta, la tiara en su cabeza era grande con muchas joyas.

Parecía una burla hacia mi, siendo ella que se veía como alguien va a casarse y no al funeral de mis padres.

Ella era joven pero yo igual y era tonto, lloré en el jardín a escondidas cuando ella también apareció entre los arbustos me miro con sus grandes ojos color ámbar con una sonrisa tímida en su rostro y su collar de perlas alrededor de su cuello tan blanco como la nieve.

— ¿Porque lloras? - pregunto. Esto tenía que ser una broma

— Largo. - ordenó a lo que ella negó poniéndose a mi lado en silencio

Nos quedamos así un rato mientras que se escuchaban los ruidos de los demás.

— Marqués Puttock - gritaban a lo que mis lágrimas continuaron

Juego de reyes Where stories live. Discover now