Capítulo cuatro

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Capítulo Cuatro

Aleksander Snow

— Es una pequeña perra se los dije - digo con furia a lo que Lev asiente pero Tyrion se queda callado.

— Agradece que nadie te hubiera oído Aleksander si no tu cabeza estaría clavada en los picos de la ciudad - Me quedó confundido

Lo acaba de insultar de la peor manera posible, mierda este chico no sabe recibir un insulto o es tan tonto que sigue fielmente a la corona.

Si nuestro futuro es Adelia King quémenme vivo antes de que cualquier cosa suceda a manos de la zorra de los King.

Prácticamente la mayoría de los nobles al menos de mi generación la princesa hizo varias cosas para ganarse el odio de nosotros.

Principalmente haber ejecutado a varios empleados suyos por cosas tan simples como robar una joya suya las cuales tiene miles, el castigo apropiado para eso sería azotarlos tres veces si eres piadoso.

Eso siempre hacía Lia y eso que ella tenía mucho menos que Adelia sin embargo Adelia siempre quería más.

Berrinches era lo único que recuerdo cuando éramos niños, odiaba que Lia tuviera prometido y ella no, también odiaba que su padre pasara tiempo con sus otros dos hijos.

Odiaba que le faltaran el respeto incluso si no fue apropósito y en ese caso los decapitaba de inmediato, era una princesita caprichosa que solo escuchaba su propia mente la cual es muy tonta.

—¿La vas a defender después de lo que hizo?

— Es una de las futuras monarcas, la hija del rey.

—Y yo soy el hijo del rey. - reclamo Lev

— Pero quieras o no, no eres un Attaway su majestad, así que dejando ese tema lo que acabas de decir es traición.

— Se burló de la muerte de tus padres.

— Supéralo, a mi no me afecta ¿porque a ti si? - se encogió de hombros suspirando - Ahora si me disculpan tengo que ir a entregar algo al consejo y después retirarme.

—¡No te vas a ir! - lo detengo

— Perdón Aleksander pero si no me equivoco tú aún eres heredero a tu casa yo en cambio soy marqués de la mía, eso incluye responsabilidad. - Se aleja molesto mientras que yo lo miro

Él era así, siempre que algo le molestaba se quedaba callado o se iba no sin antes darnos una patada en el trasero por eso siempre prefería a Lev sobre la mayoría.

— Déjalo, es marqués no es como nosotros - asiento molesto mientras que bajamos por las escaleras

Nunca entendí muy bien toda esta mierda, quizás porque no soy como ellos.

Somos duques pero antes de los días oscuros simplemente éramos plebeyos no tenemos ni cien años en el poder.

Mi bisabuelo fue un herrero que tomó la oportunidad cuando le ofreció una espada, nunca pensó que sería tan bueno que llegó a convertirse en el mejor amigo de Elliot King así convirtiéndose en alguien grande con el título de duque, el duque del este de donde era él.

Nunca me importo mi origen, no venía de una larga dinastía pero era importante saber que venía del esfuerzo propio y no de la muerte de miles de inocentes.

Conforme avanzamos nos dirigimos al jardín real no puedo evitar checar mi apariencia para que se mire intacta ya que sabía quién estaba ahí.

Y como siempre, ahí estaba con su cabello rubio dorado ojos azules grandes y expresivos con esa sonrisa que parecía que era la más pura del reino entero.

Juego de reyes Where stories live. Discover now