You Girl [Anakin Skywalker]

11.Let's Go Naboo

CHAPTER ELEVEN

Vamos a Naboo

Aelia

ME ENCONTRABA SUMIDA EN MIS PENSAMIENTOS MIENTRAS EMPACABA LAS COSAS DE RA Y LAS MIAS, NOS ÍBAMOS MAÑANA A NABOO YA HABIA CONVERSADO LAS COSAS CON SOLARA, ella dudo al principio ya que no se creía capas pero yo la alenté diciendo le que me sentía de la misma manera.

Y no era una mentira, había momentos en donde no me sentía capaz y otros en los que sentía que estaba haciendo las cosas bien. Anakin fue a su habitación a recoger y preparar sus cosas, no sin antes traer a Ra a la habitación y acostarlo en mi cama para que tenga mayor comodidad, hablamos un poco del tema de Padmé y aclaramos algunas cosas. Vamos a Naboo y de ahí iremos a Coruscant. También le conté que continuaría con mi entrenamiento Jedi, no sin antes hablar lo de Padmé, ya que ,si, aún si siguen siendo novios.

"Seguramente padmé tiene el corazón roto, sería raro que tú novio pase tiempo con una chica y esa chica es la madre de tu hijo, el cual ni enterado estabas"

Recuerdo la primera vez que vi a Padmé. En Tatooine.

Flash Back

Anakin y yo nos estábamos sentados sobre una mesa, hablando de la última carrera recién que habíamos tenido, en la cual quedé completamente llena de arena, y mi madre (adoptiva) Shmi Skywalker me ayudó a quitarme la arena del cabello.

De momento entra una chica, más grande que nosotros y muy hermosa, parecía un ángel, miraba todo con cautela y curiosidad. Le iba a hablar pero Anakin se me adelantó:

—¿Eres un ángel?—dice Anakin. Ocasionando ahora su mirada curiosa se pose en nosotros

—¿Un ángel?—responde Padmé.

—Sí, he oído hablar de ellos a los pilotos del espacio profundo. Son los seres más hermosos del universo— sentencia Anakin.

—Eres divertido pequeño chico— dijo ella dedicando nos una hermosa sonrisa, de la más hermosas que había visto por aquí.

Antes de que yo pudiera hablar llegó el maestro Qui-Gon Jinn para indicarle que se fueran, mi mirada se dirigió a Anakin luego de que Padmé, el maestro y Jar Jar salieran de nuestra vista. Mire que la vista de Anakin no se despegaba de donde había salido la hermosa castaña.

Sonreí con burla.

—No me digas que te enamoraste de Jar Jar— dije con evidente burla en mi voz, haciendo que Anakin despegará su vista de la entrada y me mire con el ceño fruncido y los cachetes inflados con un puchero.