Remember Me.

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Y ahí estaba yo, en un arbusto con mi amigo de la infancia, llorando en sus brazos por volver a verlo.

— ¿Por qué lloras pequeño?.

— Lamento haberme alejado así, de verdad estaba muy asustado y no entendía nada.. — yo aún sollozando tome su rostro y lo abracé por un largo rato.

— Esta bien, eras muy pequeño.

— Pero eso no justifica nada, nisiquiera te di explicaciónes y solo te deje de hablar.

— Dejémoslo así, te perdono, ahora mismo no estoy en condiciones de discutir.

Ahora que le preste más atención a su rostro, lo ví, tenía las venas de su cuello muy sobresaltadas y sus ojos rojos brillaban como nunca había presenciado.

— ¿Estas bien?, ¿te sientes mal?.

Mire como sus colmillos cada ves se hacían más grandes y su expresión emitía dolor y resistencia, sabía que era pues después de enterarme de que Sunghoon era un vampiro comenze a investigar ese mundo y recordé, necesitaba sangre, se veía sediento.

— Alejate de mi Sunoo, entra a tu departamento..

— No, dime en que ayudar y lo haré — estaba dispuesto a ayudarlo, se veía muy mal, se mordía el mismo pero no lograba satisfacerse.

— Ven, entra a mi departamento— lo jale hacia dentro de mi departamento y lo senté rápido donde pude puesto a que el no ponía fuerza en sus movimientos.

— ¡Dime que hago!.

— E-encierrate en tu cuarto..

— Claro que no, necesitas.. ¿sangre?

— Si, pero no tomaré la tuya, nunca sin tu permiso.

— Te voy a ayudar, hazlo rápido — lo ayudaría solo esta ves, por que era muy noche y no quería que deambulara por ahí.

— Estas bromeando, ¿cierto?.

— Hazlo antes que me arrepienta.

Y no tuve que volver a hablar el se acercó a mi y lentamente dejó suaves besos en la zona tres de mi cuello, sentía su respiración chocar con mi oreja y eso hacia que me erizara.
Me dirigió una mirada para que le diera mi aprobación y solo asenti, para luego sentir como clavaba sus colmillos en mi cuello lentamente, me abrace a el aferrándome a el de su espalda para luego escuchar sonidos de succiones.
Sentía como tomaba de mi sangre, yo amaba mi sangre era algo única, era de color negro y tenía un sabor único a vino, según el brujo de mi pueblo.

Cuando sentí que saco sus colmillos me desvaneci en sus brazos y el quedó callado.

— Pequeño..

— ¿Hmm?.

— Tu sangre, ¿es negra?.

— Si, ¿que tal sabe?.

— Exquisito, desde ahora es mi tipo favorito, más por que viene de ti, gracias por la ayuda— sentí como limpiaba las gotas de sangre que salían aún, de la herida que me causó con sus largos dedos para luego lamberlos.

— ¿Tienes botiquín?.

— No, pero tengo gasas y un poco de alcohol.

— Quédate aquí, iré a buscar las cosas.

Y esa noche por primera ves se quedó a hacer una pillamada conmigo, todo paso muy rápido pero agradecía al mundo que el me hubiera perdonado, o que simplemente me recordará.

Dark Blood. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora