Un estruendo la sobresalto, apenas había llegado y vio a un niño peleando por librarse de los escudos que le cayeron encima. Eleonor le ayudó a salir de ahí viendo que el chico respiraba difícilmente.
-¿estas bien?- preguntó ella ofreciéndole una mano. El asintió y se levantó con su ayuda- Me llamó Lé... Eleonor, es gusto conocerte.
-A mi también me alegra conocerte ¿Vienes a ayudar aquí?
-Sí, la jefa me mandó. Estoy buscando a Edwin ¿Sabes dónde está?
-Sí- recogió los escudos- lo tienes en frente.
-¿Dónde?- miró de lado a lado pero no veía a nadie más que ellos dos-. No lo veo.
-¿Te estás burlando acaso?- preguntó el chico enojado.- yo soy Edwin.
Eleonor lo miro de arriba a abajo ¿Él era el que le iba a enseñar, un niño?
-Perdón- se disculpó-, pero es que eres un niño.
-¿Pues cuántos crees que tengo?
-No sé, ¿Diez?
El chico se rió y la miró alegre.
-Tengo 16 años- afirmó él.- solo soy bajito.
Eleonor se sonrojó por el error y se disculpó de nuevo, está vez con sinceridad. No podía creer que fuera mayor, no se lo esperaba.
-Puedes comenzar ensillando aquel caballo- le mostró un magnífico semental negro.
-Es hermoso- murmuró ella.
-Si que lo es, el problema es que es difícil caerle bien, solo uno a podido montarlo y vaya que le costó.- le informó Edwin terminando de recoger el desorden que causó.
-Si lo ensillo ¿Puedo montarlo?
-Adelante, pero es bastante testarudo.
Ella ignoró la advertencia y se dirigió al caballo segura, el animal la miró amenazador y se quedo quieto, cuando estaban cara a cara un resoplido la hizo dar un paso atrás.
-Calma. No te haré daño amigo.- le hablo tranquila- ¿Me vas a dejar ensillarte?- el caballo relinchó y ella lo tomó como un sí- Bien, quédate quieto.
Le coloco suavemente la montadura, apretó las cuerdas y acaricio el lomo. Estaba exaltada por montarlo. Coloco un pie en el apoyo, pero el caballo se movió para adelante haciéndola caer.
Oyó risas, pero las ignoró y lo volvió a intentar, fue un fracaso porque el caballo dio un pequeño brinco y la hizo desplomarse. Refunfuñando lo intento de nuevo mas el animal se rehusaba a que lo montará.
-¡Ya basta! Déjame montarte- se acercó a él y este salió corriendo- ¡Ey!- exclamó irritada.
-Dejaló Eleonor, ya te lo dije, es muy testarudo no va a ceder. Mejor ayúdame a pulir aquellos escudos.
A regañadientes hizo lo que le pedían, empero seguía viendo de vez en cuando recelosa al pertinaz semental. Acabando las tareas, Edwin y ella se dirigieron hacia la cocina donde un señor bastante chistoso los atendió, era algo gordo, con cachetes inflados y rosados, y unos ojos pequeños, por la ropa que usaba se percato que él era el chef.
-mon Dieu- exclamó asombrado el chef- Miren nada más que hermosa señorita- la saludo de forma alegre.
-Buenas tardes.- correspondió el saludo.
-Que flaca estás ¿Con qué te has estado alimentando estos días, niña?- le regaño cariñosamente con acento francés- llegas justo a tiempo, acabo de terminar de cocinar. Siéntate donde gustes, ya mismo te sirvo.
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HIRED ASSASSIN
FantasíaQuién diría que la joven Léa se convertiría en la "llama oscura" una asesina a sueldo increíblemente ágil para su corta edad ¿qué o quién la había convertido en eso? No fue hasta que vio a Owen Davies, un amigo de la infancia que pensó que estaba m...