Alfred

5 0 0
                                    

Al estar dentro del lugar la peli rosada se sobresalta al sentir como la puerta principal es azotada con tal fuerza que parte del lugar tiembla sin poder hacer nada, sin embargo, para cuando las vibraciones de tal portazo paran, la mansión sigue igual y finalmente Alice se tranquiliza.

El lugar se ve muy bien cuidado a pesar de que se menciona que como tal en este lugar viven fantasmas, el comedor es un lugar amplio se ven algunas puertas, pero nada del otro mundo, en el techo se logra deslumbrar un poco de luz proveniente de un candelabro con varias velas, algunas encendidas y otras apagadas, y completamente consumidas ¿realmente aquí vivía la muerte? Porque de ser así, tenía un gusto por lo viejo y bonito realmente único.

En las paredes del comedor se notaban cuadros los cuales estaban ocultos tras unos trapos blancos cubiertos de polvo y telas de araña, parecía una sala para descansos o quizás una sala para eventos, pues había algunas mesas largas pero colocadas en las paredes, cubiertas también por aquellas telas blancas llenas de polvo, telas de araña y quizás, un poco de tristeza.

Alice siguió caminando esperando reencontrarse con esos ojos esmeralda, pero quedando asombrada con cada nueva cosa que veía, tras salir del extraño gran comedor o quizás sala de eventos, Alice examino que de una habitación a otra no había puerta y si bien eso le sorprendió un poco no fue una sorpresa tan grande como la de reencontrarse con uno de los pares de ojos que había estado observándola minutos antes atónita, sorprendida y expectante.

Ese par de ojos pertenecían a un hombre o quizás su fantasma, se veía que era un ser alto, pero bastante flaquito por así decirlo, sus ojos eran amarillos, no como el sol, eran más miel que nada o quizás no, no era ninguno y a la vez era ambos, simplemente eran unos ojos hipnotizantes.

- ¿Quién eres? -Pregunto con un hilo de voz la pequeña Alice

No obtuvo respuestas de aquel ser, solo una mirada frívola, a lo que la pequeña niña ahora con voz firme volvió a hacer la misma pregunta "¿Quién eres?", esta vez sí obtuvo respuesta, pero de una voz que apareció tras de ella.

-No deberías estar aquí...El amo se molestará con nosotros o quizás contigo pequeña... A todo esto ¿Quién se supone que eres? Y ¿Qué haces aquí?

-Yo soy Alice, Alice Dhara...- La peli rosada quedo en blanco al pensar en sus apellidos, ella no tenia, o al menos no los recordaba, su madre murió joven y honestamente lo único que recordaba de ella eran sus hermosos ojos verdes tan brillantes y bonitos como lo era un atardecer en pleno otoño, eso y algunos cuentos para dormir- ehhh y mis apellidos son...

- ¿No tienes verdad? - Adivino la voz ahora apareciendo a la vista de Alice- No te preocupes te ayudare a encontrarte uno bonito -Dijo despreocupada una voz bastante afable- ¡Oh Dios! Ovide presentarme, mucho gusto soy Aura, Aura Kellins- Dijo el fantasma de la señora Kellins haciendo una pequeña reverencia.

Alice le respondió con otra reverencia, pero una mucho menos elegante, la señora Kellins parecía una mujer muy agradable, amable, pero sobre todo un tanto despistada. Llevaba un vestido de sirvienta y su cabello recogido con una pinza para el pelo que no hacía del todo bien su trabajo pues casi todo su corto y azabache cabello estaba suelto, al aire, dándole a Aura un aire de valentía, libertad y quizás ingenuidad, sus ojos verdes parecían los de un gato, uno curioso, pero un gato al fin de cuentas, sin embargo si bien Alice pensó que podrían ser esos los ojos del ser que la invito a entrar a la mansión, se dio cuenta de que no eran, el verde de los ojos de Aura era muy distinto a los bellos ojos esmeralda que diviso hacía unos minutos atrás, los ojos de Aura eran más apagados.

- ¿Qué tanto me ves niña? - pregunto con disgusto Aura

-Nada señora Kellins... es solo que la imaginaba, más vieja- Dijo mintiendo Alice, la verdad buscaba alguna prueba de que ella, la señora Kellins fuera dueña de esos ojos esmeralda

Un tragico regalo de la muerte/Tragicum donum mortisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora