EL SEGUNDO ENCUENTRO

229 26 22
                                    

Jeonghan pudo verse a sí mismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jeonghan pudo verse a sí mismo. Corriendo, peleando, sufriendo en cada prueba en el bosque. Vió a la Guardia entera caer y levantarse en más de una ocasión. Los vió llenarse de sangre y miedo... y aún así, jamás dieron marcha atrás. Incluso después de saber que sus vidas no sólo corrían peligro por la prueba, sino por su propio Rey. Al Rey al que tanto habían deseado servir...

La misma pesadilla repitiéndose una y otra y otra vez. Los últimos instantes de vida de Jun, las lágrimas de Minghao... La desesperación en los rostros de la Guardia, el miedo paralizando a los Jiwa... Los más fuertes peleando con todas sus fuerzas contra esos lobos en intentos vanos de defenderse.

Despertó cuando el sutil sonido de la manija de su puerta hizo un click. Sus sentidos se habían agudizado tanto en los últimos días que su sueño era mucho más ligero que antes. Los pasos que eran casi inaudibles estaban caminando directo hasta su cama. Arrastrándose tan lento que era casi imposible adivinar su dirección. Pero ahí estaban, paseándose por su alcoba.

A pesar de que Jeonghan permaneció todo aquel día en cama, y a pesar de que nadie lo había visitado después de Wonwoo, se sentía observado, todo el tiempo. Esa sensación en la nuca, ese peso en la espalda que le indicaba que algo no andaba bien. Tal vez el Jeonghan del pasado se habría quedado quieto y analizaría la situación sin necesidad de moverse. No haría un movimiento innecesario.

Pero ya no era ese Jeonghan. Estaba cansado de tener miedo. Y aunque su cuerpo entero temblaba, se armó de valor para enfrentarlo.

Se levantó de una sentándose en la cama, quitándose las sábanas de encima y descubriendo al intruso. Una sombra alta se alzaba ante él. Estaba por gritar un "¿Quién está allí?" Sin embargo, la mano del intruso cubrió su boca y lo devolvió a la almohada.

— Shh — le sonrió — Soy yo.

Wonwoo puso su dedo índice sobre sus propios labios indicándole que guardara silencio. Puso su frente sobre la suya calmando el temblor que le había generado la sorpresa de su agarre. Liberó a Jeonghan cuando se dió cuenta lo innecesario que había sido poner tanta fuerza sobre él.

— Vamos, levántate — le dijo.

Jeonghan no dudó un segundo en seguirlo. Wonwoo le colocó sobre los hombros una bata larga de seda blanca.

— ¿A dónde vamos? — cuestionó poniéndose zapatos.

Wonwoo suspiró y lo apretó de los hombros.

— Lo verás cuando lleguemos.

Wonwoo lo miró de arriba a abajo. Jeonghan lucía hermoso a la luz de la luna. El blanco siempre le había dado ese toque elegante y puro del que seguramente ya no le quedaba nada. Pero sin duda, él había nacido para ser de la realeza. Ahora era un príncipe, y en un par de días sería Rey. Su mejor amigo de la infancia ya no parecía ser el mismo. Jeonghan ahora estaba en una posición totalmente diferente, en un rango inalcanzable. Se preguntó si Jeonghan y él serían los mismos de siempre.

RUN TO YOU "Second Chance"  [Jeongcheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora