RUN TO YOU "Second Chance" [Jeongcheol]

LEALTAD

Seungcheol contuvo sus ganas de reír.

— ¿Y qué habilidades te da? ¿No te cansaste de camino aquí? Caminamos rápido — soltó riéndose.

Hyungwon se giró en un segundo, alzó su puño y golpeó a Seungcheol en el hombro. El pelinegro cayó al piso sosteniéndose el brazo y haciendo una mueca de dolor. Cherry también lanzó un quejido. El castaño se sintió mal de inmediato. No había sido su intención lastimar a la linda unicornio. En realidad, no había sido su intención lastimar a Seungcheol. Jamás había lastimado a otro ser humano, no sabía que su puño podría causar tal daño.

Miró su propia mano, tenía un color verdoso hasta el codo, era duro y firme, justo como el caparazón de su Jiwa.

— Lo siento, no quería lastimarlos.

Seungcheol enfureció en ese instante. El nuevo miembro lo había golpeado sin ser realmente su propósito, y encima, le había causado algo de daño. Ojalá hubiera podido controlarse como él lo hacía. Hablar y seguir como si nada hubiera pasado. Desafortunadamente, eso no funcionaba para él.

Se levantó en un momento y Hyungwon pudo ver cómo su cuerpo se pintaba de un negro brillante. Sus manos, sus brazos, incluso su cuello. Alzó su puño con toda la intención de destrozarle la cara. Incluso para Seungcheol era un extremo, su parte racional le decía que se detuviera, pero su marca de nacimiento lo impulsaba a golpearlo con todo lo que tuviera.

— ¡Seungcheol!

El pelinegro se detuvo justo a tiempo, miró a Jeonghan y la expresión llena de miedo en su rostro. Todos los Jiwa estaban alerta, Tasty había sacado sus uñas y se encontraba gruñendo contra Hyungwon. Incluso Jeonghan se sorprendió al ver a la Jiwa de Wonwoo defender a Seungcheol.

El rubio caminó hasta ellos. El pelinegro aún mantenía su puño en el aire, como debatiéndose entre hacer lo que su cuerpo le pedía o mirar a Jeonghan y dejarlo pasar. El Príncipe se colocó entre ambos, tomó el puño de Seungcheol con su mano, siendo cálido, amoroso y gentil.

— Alteza — habló Hyungwon — No es digno de usted que...—

Jeonghan se giró lentamente hasta que el color negro abandonó el cuerpo de Seungcheol.

— Cada miembro de la Guardia es preciado para mí... — dijo serio — No vuelvas a tocarlo.

Hyungwon no entendía la razón por la cual se sentía tan pequeño frente al rubio. No era más alto, no tenía una voz fuerte, ni siquiera se imponía como futuro Rey de Giardia. Era sólo él. La Reina Lena jamás alzó la voz, jamás se quejó o hizo algo fuera de lo normal. Al parecer, el Príncipe Jeonghan y ella sólo compartían el apellido, el cabello rubio y el rostro  idéntico.

— ¡Jeonghannie!

La tensión que había en el lugar se dispersó cuando los miembros de la Guardia comenzaron a llegar.