Am I Crossed The Line?

Te anhelo

- ¡DEE! -. Gritó con fuerza por encima de sí, mientras el otro se estremecía por el estruendo que su voz provocaba, guardo el cuchillo en su bolso izquierdo y se puso de pie velozmente.

- ¡DEE, VEN DEE! -. Gritó nuevamente, sus ropas pesadas por el agua de lluvia, sus latidos al mil por el cansancio, las abolladuras en sus manos y rodillas tras haber tropezado y caído más de una vez, pero nada de eso importaba porque ahora podía verlo de frente una vez más. Pronto extendió sus brazos mostrando una suave vulnerabilidad, mientras el rubio, con los ojos bien abiertos, sentía como un cosquilleo recorría su columna, era claro que la situación estaba ahora en sus manos y no tardo en responder.

Dee se tomó del borde de la ventana y vacilante la saltó con cuidado para no resbalar, camino rápida pero torpemente hasta el borde el tejado, que no era demasiado alto, pero que en ese momento se veía como una distancia abismal ante sus ojos, una distancia que lo separaba de aquella persona que había estado extrañando, y fue justo ese sentimiento lo que sin querer lo había motivado a saltar a los brazos de Heavy, que apenas lo había podido atraparlo, para luego apretarlo con un cálido abrazó que irradiaba gran anhelo.

La caída había lastimado un poco sus piernas pero no tuvo tiempo siquiera de quejarse pues el pelirrojo había tomado con fuerza su mano para luego comenzar a correr, no podían permitirse el quedarse allí ni un instante más, pues ya sus gritos y la ausencia de Heavy en casa seguro había alertado a sus padres y al tío Ches, así que huyeron lo más rápido que pudieron, dirigiéndose hacia ningún lugar, mientras la lluvia se disipaba dejando detrás suyo un hermoso crepúsculo.

No sabían que harían a partir de ahora, sobre todo Dee que tenía en claro que las cosas se podrían aún más difíciles a partir de ahora, comprendía que mantener una relación romántica con su hermano estaba mal desde cualquier perspectiva, psicológica, biológica y socialmente, estaba mal, sin dejar de lado que aún no estaba seguro de lo que sentía, y no era como que no sintiera nada por su hermano pero creía que no eran el tipo de sentimientos que Heavy tenía por él.

Al llegar a un callejón oscuro pudieron descansar al fin, era algo estrechó por lo que sus respiraciones se mezclaban accidentalmente. Dee mantuvo la mirada hacia abajo y mantenía distancia mientras el otro lo miraba sin decir una palabra, no se le ocurría como romper el silencio, estaba muy feliz de verle pero sabía también que lo que habían hecho los metería en muchos problemas, suspiró e hizo para atrás su melena empapada...

¿Que va a haremos ahora?

Se preguntaban ambos internamente sintiendo una leve nostalgia pues solían preguntarse lo mismo cuando niños, pero el problema que ahora los agobiaba era infinitamente mayor que los de ese entonces, hasta que, de un momento a otro, Dee materializó la pregunta mientras sentía húmedos los ojos. Heavy no podía contestar esa pregunta pues compartía su misma incertidumbre.

Así pasaron los minutos hasta que el rubio rompió en llanto, quizás, pues era imposible distinguir las lágrimas de entre su cara empapada por la lluvia, aún así, por como le temblaba la mandíbula, era posible deducir lo afligido que se encontraba.
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La vida era cruda de por sí, eso lo tenía más que claro desde que era pequeño, pero está situación me superaba, hubiera superado hasta a la mente más brillante. Sí lo dejaba ahora lo dañaría para toda la vida pero sí me quedaba a su lado me condenaría a mi mismo, no podía decidir entre quedarme y hacerlo feliz o irme para ser feliz yo solo, simplemente no podía.

Desde pequeños hemos estado unidos, no porque fuéramos familia sino porque queríamos estarlo, tantas cosas que vivimos, tantos problemas en los que nos metimos, tantas risas y tantas tristezas que compartimos, y siempre estuvimos ahí el uno para el otro, nuestra relación era como una rosa roja llena de espinas pero también de hermosos pétalos carmesí...
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Heavy dio dos pasos hacia él, era incapaz de expresarse con palabras en ese momento pero no podía dejarlo así, necesitaba hacerlo entender que estaría con él aún si él decidía volver a casa y permitía que volvieran a separarlos, aún si no estaba a su lado físicamente, aún sí sus sentimientos no eran correspondidos, aún si lo odiaba o lo lastimaba aún más, tenía que hacerle saber que estaría siempre ahí, cuidándolo con amor, así que sin siquiera una frase de por medio, lo sujeto por el cuello y beso su frente, sin malicia ni rastro del romance que claramente había desarrollado ya tiempo atrás por él, era solo un inocente y dulce beso como los que solía darle cuando aún ni siquiera entraba a prescolar.

Al rubio lo invadió la ternura y un fuerte malestar en el pecho que le provocó hacer una mueca de dolor, no importaba que eligiera hacer, ninguna opción era correcta, así que estado entre la espada y la pared, beso espontánea y levemente los labios del otro, para luego abrazarlo por la cintura mientras lloraba con un dolor asfixiante pero no lo suficiente como para hacer retroceder al pelirrojo, el cuál se limitó a corresponder el abrazo mientras seguía plantando besos compasivos en la cabeza de Dee.