Parte 4

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Punto de vista de Crowley

Me apuro en llegar; ya es muy tarde y el ángel seguramente ya este muy asustado. Bajo del Benthey y observo la cabaña; está oscura, ninguna luz está encendida a pesar de ser noche. Esto me preocupa y rápidamente ingreso a casa.

-Azi- llamo apresuradamente mientras camino hacia la sala. Suspiro tristemente al verlo en posición fetal, llorando al lado de la chimenea. El crepitar de las brasas apenas ilumina su rostro pálido y ojeroso. Observo la mesa; apenas ha comido oh bebido, solo un pequeño sorbo de su café, que ahora yace frío. Mi corazón se comprime al verlo así, tan quebrado y vulnerable.

-Sssshhh...-, susurro suavemente para llamar su atención. Azi levanta la vista, los ojos hinchados por el llanto, y se acurruca más contra la pared, visiblemente temeroso. He estado fuera unas cuatro horas; él necesita comer. -¿Cómo estás?-, pregunto con voz apenas audible. Él mira sus pies descalzos sobre la alfombra gastada y se muerde el labio, estremeciéndose en sus pensamientos. Chasqueo los dedos y aparece una manta, la extiendo hacia él.

-No lo sé...-, susurra finalmente, su voz quebrada por el dolor acumulado. Es un avance. Extiendo la manta sobre sus piernas, sintiendo la textura áspera bajo mis dedos entumecidos.

-¿Quieres hablar?-, inquiero, pero niega con la cabeza y evita mi mirada. Mi mano se desliza hacia su hombro, pero esto lo tensa, así que la retiro con cuidado. -Está bien-, digo con voz queda, y él traga saliva con dificultad, como si cada palabra fuera un nudo en su garganta.

-Esas cartas que leí... No pueden ser verdad-, murmura, sus palabras apenas audibles entre sollozos ahogados.

-Pero lo son, ángel-, respondo con voz suave pero firme mientras él aprieta la manta con fuerza, buscando algún consuelo tangible en medio de su angustia. -Sé que no debo presionarte-. Me paso la mano por la frente, abrumado por la responsabilidad de sostenerlo en su dolor. -Hablé con Anathema; parece que aún no nos perdona por llevarnos su libro, pero nos ayudará-. Azi levanta la vista con ojos vidriosos, llenos de incertidumbre y miedo.

-No recuerdo nada de lo que dices-, su voz se quiebra, y asiento comprensivamente, sintiendo el peso de su desorientación y pérdida, no lo pude cuidar.

-Ella vendrá mañana a verte-, le informo con suavidad, viendo cómo niega con miedo, como si temiera cada nuevo encuentro con el mundo exterior. -No te hará daño-, le aseguro con firmeza, tocando la sabana que lo cubría, buscando conectar con él a través del contacto físico. -Nadie lo hará, nunca más... No les dejaré-, le prometo con voz entrecortada por la emoción. Observo cómo sus labios tiemblan y cómo aprieta su cuerpo buscando seguridad y consuelo. Asiente tímidamente, le propongo con suavidad. -Te buscare algo para comer, ¿de acuerdo, ángel?-, pregunto, buscando restaurarle un poco de tranquilidad ya sea en lo físico. Observo cómo se muerde los labios y aprieta su estómago; tiene hambre, pero también necesita algo más que llenar su estómago vacío. Asiente tímidamente. -Anathema me dijo que leer podría ayudarte a refrescar tu mente. Sé que no te gusta-, miro las cenizas de los otros, sintiendo el peso de cada libro perdido en mi conciencia. -así que tú decides-. Me pongo de pie con cuidado, sintiendo la tensión del día pesar sobre mis hombros cansados.

-Iré al restaurante y te traeré merluza-, anuncio con determinación, chasqueando los dedos para enfriar un vaso de agua, un pequeño gesto de control en medio de la tormenta emocional que nos envuelve.

Punto de vista de Aziraphale:

Cuando la puerta se cerró tras Crowley, me apresuré hacia la ventana, sosteniendo la manta con fuerza. Observé cómo se quedaba junto a su auto, intentando aparentar calma mientras ajustaba su cabello antes de subirse. Me aparté de la ventana con un nudo en el estómago, llevando el vaso a mis labios y bebiendo largamente. Mis manos temblaban al regresar al centro de la habitación, donde los cajones me llamaban con una inquietante promesa de respuestas.

Regresa a mi (S2) "Good Omens"  (PRÓXIMO CAP TODOS LOS MARTES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora