Parte 5

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Me despierto sobresaltado en mitad de la noche, empapado en sudor, con mucho frío. Las imágenes de su secuestro vuelven como un torbellino. Está en la sala que comparto con Crowley, pero la seguridad que solía sentir hace no muchas horas ahora se ha desvanecido.
Me siento en la cama, abrazando sus rodillas mientras intenta controlar la respiración entrecortada. El recuerdo atormenta, y la sensación de haber perdido una parte de sí mismo, es abrumadora.

-Ángel-, murmura Crowley suavemente tomándome por sorpresa, mientras se sienta al lado en la cama. -Estoy aquí-.
Levanto la mirada hacia él, sus ojos aún llenos de miedo y confusión.

-Ese es el problema, yo no debería estar aquí-, murmuro con voz temblorosa.
Crowley suspira y toma mi mano temblorosamente.

-Es normal que te sientas abrumado, Aziraphale. No tiene porque ser malo sentirte así.- Yo miro hacia abajo, sintiendo el peso abrumador de la culpa y la vergüenza.

-Me siento... Vacío... Roto-, admito con la voz apenas audible. Crowley aprieta suavemente mi mano.

-Pero no lo estás-, me insiste. -Eres fuerte, más fuerte de lo que crees, Recuerdo cuando abriste tu librería, y llegaron los arcángeles y te dijeron que todos tus logro habían sido para ellos, convirtieron tu librería en un cuartel generar angelical y te ofrecieron un ascenso para ir al cielo- acaricia mi mano, -recuerdo tu enojo y como te aterraba la idea de ir a trabajar al cielo, ya que la simple idea de dejar tus costumbres humanas te causaba rechazo. Pero no te rendiste, juntos hicimos un plan para convencer a Gabriel que debías seguir en la tierra- se ríe para si mismo, yo intento recordar pero es como si no fuera mi vida. -Lo que quiero decir es que no lo estas y aunque lo estuvieras... yo estoy aquí para ayudarte, si me lo permites.- levanto la mirada hacia Crowley, encontrando consuelo en sus ojos dorados llenos de comprensión y afecto genuino.

-¿Y si ya no puedo volver a ser quien era antes?- Siento que se tensa un momento, luego sonríe tristemente intentando tranquilizarme, aunque yo se que por dentro el comentario le afecto.

-Entonces, me encargaré que vuelvas a vivir tu vida, tus experiencias esa la que te convirtió en quien eres- asiento lentamente, dejando que las palabras reconfortantes de Crowley penetren en su corazón herido, le doy una sonrisa y me vuelvo a acostar.
Lo que me quedo de la noche me trató con benevolencia; no recuerdo haber dormido mucho tiempo, pero se siente reconfortante. Sin embargo, todo lo bueno debe llegar a su fin.
El ruido externo me hace abrir los ojos; alguien está tocando la puerta. Bufo y bostezo, momentáneamente olvidando dónde estoy hasta que veo al demonio durmiendo en el sillón, tranquilo como siempre. El golpeteo persistente me hace acercarme a la puerta, pero la cuerda en mi muñeca me limita. Me quejo mientras me estiro para alcanzar el picaporte, finalmente logro abrir la puerta hacia adentro. Al otro lado, una mujer castaña con anteojos me observa seriamente. Tengo la sensación de haberla visto antes, pero no logro recordar dónde.

-Buen día, Aziraphale- me sorprende que conozca mi nombre. Le sonrío educadamente. -¿Puedo pasar?- me aparto para dejarla entrar.

-Por supuesto- respondo, mientras ella pasa sin más preámbulos. -Lamento interrumpir, pero...- intenté decir, pero ella me interrumpe.

-Soy Anathema. Crowley te mencionó que vendría, ¿verdad?- asiento. -Perfecto, he traído algunas cosas- añade, sacando una mochila y abriéndola en el suelo.

-Voy a buscar a Crowley, discúlpeme- digo rápidamente antes de salir hacia la sala. Toco el hombro del demonio, que frunce el ceño antes de abrir perezosamente los ojos. Al verme, me dedica una media sonrisa.
-La bruja está aquí- le informo, poniéndolo en alerta. Asiente y doy un paso atrás para observarlo estirarse.

Regresa a mi (S2) "Good Omens"  (PRÓXIMO CAP TODOS LOS MARTES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora