iskola - (Joseph Descamps)

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La muchacha había caminado hasta su hogar, cuando abrió la puerta se sorprendio al ver sentados en la sala, a su padre, Amalia y a Otto, esta escaneo como se encontraban los presentes tras cerrar la puerta a sus espaldas.

- ¿Por que llegaste tan temprano, mi niña? - pregunto la cabeza de familia.

- No me siento bien papá. - confeso esta algo triste.

- Siéntate, ya casi está el te. - dijo este mientras se incorporaba.

La muchacha se sentó al lado de Amalia.

- ¿Como te fue en la escuela Mikaela? - pregunto el varón, quería romper el hielo.

- Horrible. - confeso esta, puso sus manos en su rostro.

Otto suspiro, este se incorporo y salió hacia el portico, cuando se oyó la puerta cerrarse, la muchacha retiro sus manos de su cara y miró curiosa.

- De seguro fue a fumar. - dijo la muchacha de pelo negro.

- Iré a ver. - dijo Mikaela.

- Ve, le aviso a tu padre. - dijo Amalia, su tono de voz estaba tan muerto que era irreconocible.

Mikaela se levanto y salió, camino un poco y sentado en las gradas estaba Otto, ella se sentó a su lado, y en un movimiento espontáneo se arrecosto en el hombro del muchacho, este se sobresalto, miró incrédulo la situación, pero no opuso resistencia.

- ¿No fuiste a la escuela, Otto? - pregunto curiosa la muchacha, no despegaba su cabeza del cuerpo del muchacho.

- Están fumigando - respondió el muchacho algo neutral.

A Otto no se le dificultaba el charlar con el genero opuesto, tener una hermana había ayudado en esto, pero la verdad era que el era diferente a los muchachos de su edad, casi nunca pensaba en cosas sexuales, más bien le daba igual eso, lo único que hacía para desahogar esos sentimientos era dibujar dibujos de muchachas, pero no obsenos, para nada, sino de sus rostros, o solo de sus manos, o cuerpos de espaldas.

- O ya veo. - hablo dulcemente la muchacha.

- Si eso. - hablo pausado, este saco otro cigarrillo y le hizo la seña a Mikaela, esta abrió su boca, y este se lo coloca encima de la comisura de sus labios, lo encendió.

Pasaron un rato de tranquilidad, estos luego entraron a la vivienda.

- El te casi se enfriaba. - hablo el padre.

- Disculpa la demora. - hablo sumisa la muchacha.

Estos tomaron el te, luego de esto, se quedaron charlando los invitados y la cabeza de familia, Mikaela fue a su habitación.

Esta caminaba con pesadez, cuando entró a su habitación y cerró la puerta a sus espaldas hizo una mueca de disgusto al ver el cuaderno de Descamps en su escritorio, esta tras observarlo se desplomo en su cama, se quedó dormida.

Paso, la tarde, con esto József salió de clase, justo cuando cruzaba el portón escucho la voz de Descamps.

- ¿Puedo acompañarte y ver como se encuentra Mikaela? - pregunto el muchacho, el contrario solo se limitó a mirarlo por encima del hombro, este suspiro y asintió.

No hablaron en todo el camino, ingresaron al hogar.

- ¿Ahi alguien? - pregunto el mayor cuando abrió la puerta de la casa. - Debieron salir. - se respondio así mismo al instante.

Descamps dibujo en su rostro un ceño de molestia.

- O tal vez Mikaela este dormida. - se corrigió el mayor, Joseph, lo miró serio. - Ve a ver pues. - soltó József, para luego irse al parecer a la cocina.

Descamps camino por la casa, la detallo más de cuando vino por primera vez, entró por un pasillo con habitaciones, todas tenían la puerta abierta, menos una, esta restante tenía la puerta entreabierta, este ingreso.

Vio que tumbada ahí, dándole la espalda se encontraba Mikaela, su pelo se veía más claro por que, por la luz de la ventana le daba directamente el sol.

Este se acerco lentamente y la observo unos momentos más.

- Hola linda. - hablo suavemente acercandose lentamente, la contraria no se movió. - ¿Estas dormida? - pregunto, al no oír respuesta suspiro.

Este se sentó en la punta de la cama y se rasco su ojo y acomodo su parche.

- ¿Que haces aqui, Descamps? - pregunto a la defensiva a la muchacha, sin hacer ningún movimiento, el joven se sobresalto.

- Pues, no fuiste a clase, o nunca te vi ¿Que paso? - hablo rápidamente.

- No es tu problema, la verdad. - dijo desinteresada mientras se acomodaba, lo miró.

- Si que lo es, eres importante para mi. - empezó a hablar.

- No lo soy. - lo corto.

La joven se incorporo y camino por la habitación, tomo su peine y se cepillo al frente del espejo.

- No digas eso, tonta. - se incorporo. - Dame eso. - Le quito el peine.

Mikaela sintió como Descamps empezó a cepillar su cabello, esta solo permanecio seria.

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¡Nota de la autora! ◕︎ ‿︎-｡︎

PERDÓN POR ABANDONARLOS

andaba demasiado ocupada con la escuela 😭😭😭 y aparte andaba con falta de inspiracion,  no me odien papitas 💔