egy szem

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Mikaela abrió sus ojos curiosa, sintió una mano sobando su cabello, tomando mechones, tras voltear hacia de donde provenía la mano, vio algo que la sobresalto, era Descamps, esta retrocedió.

- Que mona te vez asustada, pareces una liebre. - rio y de inmediato mostro una sonrisa de oreja a oreja.

- Que cojones. - dijo confusa.

- Esa bocotá. - dijo mientras la mirada.

Segundos después Mikaela se levanto sobresaltada, respiro unos segundos y tomo con su mano derecha su pecho, sintió su corazón latir, cuando cayo en cuenta que eso había sido un sueño suspiro con alivio. 

- Pero que susto. - susurro.

Enseguida se levanto en silencio y se cambio, ato su cabello en una trenza algo mas arreglada y se puso su vestido aguamarina oscuro y empaco su ropa de gimnasia.

- Ojala juguemos voleibol. - susurro algo emocionada mientras recordaba de como József le había enseñado a jugar.

Como si de una manifestación se tratara, József apareció algo adormecido en el marco de la puerta.

- Good Morning, bebe llorón. - dijo alegre mientras se rascaba el ojo.

- Buenos días. - dijo neutral. - Ponte tu mejor corbata. - dijo seria.

- Uy. - dijo, se le borro la sonrisa al recordar la cagada que hizo ayer.

Todo continuo como siempre, al llegar a las gradas de la escuela, Mikaela se encontró con sus compañeras. 

- Buenos días. - dijo con una pequeña sonrisa la muchacha pelicastaña.

- Hola. - dijo Michele.

- ¿También estas nerviosa? - dijo preocupada la pelicastaña para sentarse y suspirar.

- No piensen tanto en eso chicas, después de todo Jean-Pierre es un chico estudioso y por lo que oí József es super inteligente, ambos son lindos, altos, lo mas seguro es que no los expulsen. - dijo alegre Simone.

- ¿Y si lo expulsan? Simone, dejaron tuerto a ese muchacho, pobrecillo. - dijo mortificada la muchacha. 

- Mikaela, yo estaré muy preocupada pero nunca seria capaz de apiadarme de un idiota como Descamps. - respondió Michele.

- Pero Michele, pobrecillo el. - dijo algo triste.

- ¿Por qué siento que a Mikaela le gusta el tuerto? - dijo Simone mientras levantaba una ceja.

- Primero, siento que solo es lastima, segundo, no es mi tipo, es demasiado enclenco, prefiero a los que parecen border collies. - dijo neutral mientras hacia señas con sus manos y arrugaba la nariz.

- Aja, eso dicen todas. - respondió Simone. - Cambiando de tema, probablemente el amorcito de Mikaela no venga por ya saben. - dijo graciosa mientras se señalaba el ojo. - Por lo que, sus hermanos tienen ventaja, porque si yo fuera un docente los preferiría. - dijo.

- Cállese. - dijo seria Mikaela mientras se tapaba el rostro, unos segundos después alzo la vista y al ver derecho estaba entrando Descamps con una mirada de pocos amigos. - Hierva mala nunca muere. - dijo neutral mientras que su mirada mostraba sorpresa.

- Que loco es tu amorcito. - dijo Simone, tras decirlo recibió una mirada de desagrado de parte de la pelicastaña.

- ¿Enserio te imaginas a mi besándome con un tuerto? Mi papa me mataría. - dijo en un tono bajo. 

- El amor es ciego. - dijo Simone con un tono gracioso.

Tras esa charla Mikaela se incorporo y arrugo la nariz, entro a la institución, a los minutos llego al aula, estaba vacía, al esperar en su escritorio, su mirada se poso en la puerta, abrió los ojos como platos cuando vio a entrar a Descamps, esta solo volteo su mirada a su cuaderno, se incomodo por ese ambiente.

iskola - (Joseph Descamps)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora