Capitulo 13

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Apo estaba acostado en la cama, maravillado al ver cómo los omegas se acercaban a él.

Aunque esto está fuera de nuestro plan, no puedo negar que me excita sobremanera- dijo, observando a Bas sonreír e igual que Zee.

Además, como has sido un buen alfa con nosotros, te mereces un premio, uno donde tu sólo sales ganando—añadió Bas, mientras le bajaba el short.

Ambos omegas jadearon al ver el tamaño de la verga de Apo.

Te ha de medir 23 cm- dijo Zee viendo la verga del alfa.

No creo, yo digo que 24 cm- dijo Bas mientras veía la hermosa verga aperlada del mayor

En realidad 26 cm y 4 de grosor- dijo Apo orgulloso- así que por qué no prueban su sabor- dijo viendo al par asentir

Con deseo en sus ojos, comenzaron a pasar sus lenguas por toda su longitud, haciendo que Apo soltara un gemido ronco. Los movimientos sincronizados de sus lenguas exploraban cada rincón, provocando olas de placer que recorrían su cuerpo.

Apo los observaba desde su posición, disfrutando cada segundo de las caricias que le brindaban. Sus gemidos se intensificaron, llenando la habitación con su sonido grave y profundo.

—No se detengan —murmuró Apo con la voz entrecortada, dejándose llevar por el placer.

Los omegas, alentados por sus palabras, intensificaron sus caricias, alternando entre suaves lamidas y audaces succiones. La mezcla de sensaciones era casi abrumadora para Apo, quien cerró los ojos por un momento antes de abrirlos nuevamente para no perderse ni un instante de aquella escena.

Después de unos minutos, Apo les ordenó:

—Bájense los shorts y denme la espalda.

Los omegas obedecieron de inmediato, bajándose los shorts y mostrando sus culos. Apo admiró la vista durante unos instantes, luego levantó una mano y comenzó a darles nalgadas, disfrutando del sonido y la reacción de sus cuerpos ante cada golpe.

Con una mirada de deseo, Zee se acercó de nuevo a Apo y, sin previo aviso, se metió la verga de Apo hasta la garganta. La sensación hizo que Apo soltara un gemido ronco y profundo, sus manos aferrándose a las sábanas mientras sentía el calor y la presión en su miembro.

Bas se acercó entonces a Apo, quedando muy cerca de su rostro. Apo lo miró intensamente antes de atraerlo hacia sí y besarlo con pasión. Mientras sus lenguas se entrelazaban, una de las manos de Apo se deslizó sobre el culo de Bas, apretándolo firmemente. El contacto hizo que Bas soltara un gemido de placer contra los labios de Apo.

Zee continuaba mamando con fervor, intensificando el placer que sentía Apo, quien ahora disfrutaba de la doble atención de los omegas. Bas, gimiendo entre besos, se movía al ritmo de las caricias de Apo, aumentando la intensidad del momento.

Apo profundizó el beso con Bas, sintiendo cómo sus gemidos se mezclaban. Sus dedos se apretaron aún más en el trasero de Bas, provocando un nuevo gemido de parte del omega. Mientras tanto, Zee intensificaba el ritmo, llevando a Apo al borde del éxtasis con cada movimiento de su lengua y labios.

Los sonidos de placer llenaban la habitación, creando una sinfonía erótica que envolvía a los tres. Apo, sintiendo que el clímax se acercaba, rompió el beso con Bas para liberar un gemido profundo y gutural.

—Bas, quiero que pongas tu culo en mi cara —ordenó Apo, su voz cargada de deseo.

Bas obedeció de inmediato, moviéndose con agilidad para colocarse sobre el rostro de Apo, presentándole su trasero. Apo no perdió tiempo y comenzó a lamer con avidez, provocando gemidos intensos en Bas. El placer se extendía en ondas por el cuerpo del omega, quien no pudo evitar estremecerse ante la habilidad de Apo.

Apo Quiere OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora