Los enamorados

{III} LA PROMESA

Ruben

Me puse a buscar por la habitación algo que pudiera servir de ayuda para salir, no parecía haber nada pero justo en la pared que estaba a mi espalda encontré algo que me dejó perplejo, una foto mía con mi ex mejor amiga Marta y una nota encima.

"Rompiste la promesa y ahora te toca sufrir a ti y a ella contigo, como siempre quisiste"

Mierda...-. Murmuré en voz baja.

¿Qué pasa?-.

No podía enterarse de que había sido ella, simplemente no podía.

He encontrado algo, pero no creo que nos sirva de mucho-.

¿Qué es?-.

¿Ahora que mierda podía hacer? Ella no podía saberlo, pero la foto estaba ahí y la nota igual.

Me guardé la nota en el bolsillo y rompí la foto de forma que solo se me veía a mi en ella.

Una foto...-.

¿Una foto? ¿De qué?-.

¿No podía simplemente callarse y dejarlo estar?

Una foto mía-. Le dije

¿Quién puede haber sido?-. Ella tenía claro que quien fuera que hizo lo que hizo me conocía bien.

Ni idea, podría ser cualquier persona a la que conocemos-. O podría ser mi ex mejor amiga a la que dejé de hablar porque a Laura le hacía sentir incómoda, tenía que disimular, si se llegaba a enterar de que fue ella le hubiera dado algo.

Empezó a querer buscar respuestas, donde estábamos, cuando pasó, porqué a nosotros y sobre todo, quién nos lo había hecho.

¿Y si ha sido Samuel?-. Dijo cabizbaja y me la quedé mirando con asombro.

¿Cómo va a ser Samuel? Es mi mejor amigo-.

Aunque la verdadera culpable fue mi mejor amiga... ~ Pensé ~

Pero tuvisteis una discusión hace poco-.

Tenía razón, discutimos porque no quise hacerle caso en un tema realmente importante y eso le hizo cabrearse conmigo.

Laura, no estás pensando con claridad, sabes todo lo que Samu ha hecho por nosotros, y esa pelea fue una estupidez-. En realidad no fue una estupidez, pero no podía dejar que desconfiara de Samu.

Tienes razón, lo siento, estoy asustada-.

Empecé a desesperarme por no encontrar nada que pudiera ayudarnos a salir de ese sitio, llevábamos por lo menos 10 horas entre esas cuatro paredes, estábamos sedientos y hambrientos y el saber quien era el culpable, bueno, la culpable, me estaba haciendo perder la cabeza cada vez más rápido. Me enfadé tanto por la situación que estampé la linterna contra el suelo, se abrió en dos partes y en el compartimento de las pilas había una pequeña llave.

Tengo una llave-. Me alegré como nunca en mi vida lo había hecho.

Intenta sacarte las cadenas-.

Cogí la llave, volví a cerrar la linterna colocando las pilas bien puestas en su compartimento y apoyé la linterna en unas tuberías de la pared para poder enfocar las cerraduras metálicas de mis tobillos, metí la llave y por mi cabeza pasó el abrazar a Laura, denunciar a Marta, aceptar esa comida pendiente con mi familia, hacer las paces con Samuel, la giré y entonces