{VI} UNA NOTA?

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Laura

Pude girar la llave y las cadenas cayeron, un alivio me recorrió el cuerpo entero.

Busca la otra llave por favor, coge la linterna-.

Me acerqué a él y vi un papel arrugado fuera de su bolsillo, me agaché para darle un pequeño beso y aproveché para coger el papel, me volví a incorporar para coger la linterna y me fui a la zona donde yo estaba encadenada y mientras hacía como si rebuscara en los rincones abrí el papel y leí una nota, "Rompiste la promesa y ahora te toca sufrir a ti y a ella contigo, como siempre quisiste", no entendía bien qué era eso o que estaba pasando, pero estaba claro que Ruben no quería que yo lo supiera. Mi cabeza no paraba de darle vueltas, ¿sabía quién había sido y me lo estaba ocultando? La impotencia me ganó y dejé caer la linterna de mis manos.

¿Laura estás bien?-.

Me di la vuelta hacia su dirección y empecé a avanzar hacia él mientras leía una y otra vez la nota.

Aquí dice que para encontrar la otra llave necesito tu foto, no entiendo nada, ¿quien ha hecho esto?-. Decidí disimular para ver qué podía averiguar por mi misma.

Ten, aquí está-.

Me dio una foto donde solo aparecía él, pero uno de los bordes estaba cortado, como si hubieran roto una parte de la foto.

¿Qué cojones me está ocultando? ~ Pensé ~

Estuve un rato mirando la foto intentando ver que no quería que yo supiera.

¿Me dejas leer la "pista"?-.

En un primer momento me negué, le puse de excusa que no podía ayudarme estando encadenado, pero él insistió y tuve que ceder, le di la nota y el verla se quedó completamente paralizado.

¿Qué es esto Ruben?-.

No quería que te estresaras más, pensaba decírtelo después, te lo prometo-.

Pues ahora quiero la verdad, ¿quién ha sido?-.

Metió la mano en su bolsillo del pantalón y sacó un trozo de papel algo arrugado, extendió la mano y me lo dio. Marta, su ex mejor amiga, siempre quiso estar con él y cuando le dije que me hacía sentir incómoda dejó de hablarle.

Ella...-.

Amor seguro que ha sido porque dejé de hablarle-.

¿A qué promesa se refiere?-.

A qué íbamos a ser mejores amigos para siempre, la típica promesa de niños ingenuos.

Al fin y al cabo solo lo hizo para protegerme, pensaba contármelo igual, así que no le dí muchas vueltas y decidí seguir buscando la llave de sus cadenas. Cogí la linterna del suelo que por suerte seguía en perfecto estado y busqué por cada rincón de ese espeluznante lugar en el que ya podríamos llevar por lo menos 13 horas enteras, sin haber comido ni bebido nada en todo ese tiempo. 

Los enamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora