Dos años después...
Martes. 1:54 PM.
— Venga.. ¡Va! ¡Va! — El catcher daba unos cuantos golpes al guante, tratando de apurar el lanzamiento de su compañero en el centro del diamante.
El pitcher no tardó mucho en preparar el lanzamiento, estirando su pierna izquierda y deslizando su cuerpo hacia enfrente lanzó una fuerte recta de 95 millas que pasó por todo el centro de la zona de strike. Lamentablemente para el bateador en turno, lo único que logró fue abanicar ese lanzamiento rápido, dando unas cuantas vueltas sobre su mismo eje producto de la fuerza con que bateó, para seguidamente perder el equilibrio y caer a la tierra.
— ¡STRIKE 2! —
Gritó fuertemente el Umpire, dando la señal con su mano derecha de la segunda mala para el pelotero en turno, el cual aún estaba en el suelo algo mareado por las vueltas que dió.
— ¡Vamos! ¡No te rindas! — Exclamó una de las señoritas en las gradas, bastante interesada en el sujeto que estaba en la caja de bateo. Y cómo no, si no era nadie más que su pareja, con la que había tenido una bella relación de ya 7 meses, ese día cumplían 8 meses.
— ¡Eso! ¡Así carajo! — Celebró el receptor, que emocionado volvía a su posición de juego, esperando que el siguiente lanzamiento fuera el último y matador para el bateador.
— ¡Segunda base! ¡¿Juegas o te vas?! —
Volvió a gritar el colegiado en turno, quitándose la protección facial que lo cubría de los misiles que en esa zona se lanzaban cada minuto, algo impaciente al ver que el bateador aún no se ponía de pie, y con toda la intención de hecharlo si no se disponía a seguir jugando.
El hombre en el suelo simplemente suspiró. — Juego.... — Respondió levantándose lentamente y seguidamente posicionándose nuevamente en la caja, alzando el bat a la altura de sus hombros y pegando el madero a este mismo. — Lamentablemente juego. — Dijo pero en voz baja, algo desanimado y arrepentido de estar allí.
— ¡Venga PJ! ¡Se puede! ¡Se puede! — Gritaba alguno de sus compañeros desde el Dogout de su equipo, seguido de algunos pequeños aplausos de motivación al pelotero.
Por fin, Pete Junior respiró hondo y cerrando los ojos tomó un momento para concentrarse nuevamente en el juego, abriendo los ojos y dejando ver una mirada segura, así como un buen apretón al bat que tenía en sus manos. Por fin todo estaba listo para reanudarse, el catcher hizo las señales: Curva a su esquina izquierda. El lanzador asistió levemente y parándose recta y firmemente, miró a alguna otra parte de la cancha, imaginando la zona en dónde caería su lanzamiento.
— ¡Vamos PJ! ¡Tú puedes PJ! ¡No te rindas PJ! —
Se escuchaba por todos lados, al tiempo que el pitcher volvió a realizar sus movimientos previos al lanzamiento, PJ tomó aire viendo la esférica salir de la mano del lanzador. Él, simplemente cerró los ojos y sin pensarlo mucho estiró las manos y soltó el batazo. Batazo que sintió, pues había contactado la pelota.
— ¡Corre! ¡Corre! ¡CORRE! —
Gritaba alguien mayor desde la grada. El joven Pete no vió nada, sus ojos cerrados no le permitieron saber que le había dado a la pelota, para cuando los abrió, miró el esférico irse rodando lentamente entre primera y segunda base. Esto lo dejó perplejo, pero rápidamente, e influenciado por los gritos que sabía de quién venían, echó a correr con todas su fuerzas hacia aquella primera base que se había quedado sola debido a la persecución de los defensores por la pelota. Paso tras paso, zancada tras zancada, era un calvario para PJ que con su poca forma atlética le daba mucha más dificultad en situaciones así, situación en la cual estaba ahora mismo y no saldría bien parado... O al menos eso pensó él.
ESTÁS LEYENDO
MAX: La carrera del amor.
Roman d'amour‼️PAUSADA‼️ Max Goof, el joven sensación de la escuela desde aquella actuación en el final del curso, está por adentrarse en una nueva aventura al lado de sus amigos... y alguien más. 𝗡𝗼𝘁𝗮 » La historia original ha sido modificada únicamente en...