Prólogo

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Narrador

Ennoshita Chikara es uno de los chicos con mejores calificaciones en su clase, como también un buen jugador de voleibol. El capitán de su equipo le ha pedido el gran favor de ayudar a sus dos compañeros: Tanaka y Nishinoya, a pasar sus próximos exámenes. Sin embargo, ha estado perdiendo la paciencia en cada clase que tienen juntos.

Sus dos mejores amigos, Kinoshita y Narita tampoco ayudan demasiado con el dúo dinámico de Karasuno.

—Esto no puede seguir así. —suspiró, negando con la cabeza.

Tanto Nishinoya como Tanaka estaban recostados en la mesa, jugando con sus lápices en vez de estar estudiando como es debido.

—¿De qué hablas, Ennoshita? —pregunta Narita, a su lado.

—Hablo de ellos —apunta a los otros dos—, son un caso. Deben esforzarse más pero simplemente no lo hacen.

—Es aburrido Ennoshita —reclamó Nishinoya—, no entiendo nada de lo que explicas, los estudios no son lo mio.

—Dejaremos esto hasta aquí por ahora —dijo Ennoshita—, me iré a casa, es de noche y mañana madrugamos para ir a clases.

Ennoshita se levantó y tomó su mochila que estaba en el sofá.

—Te acompañamos —aviso Kinoshita, poniéndose de pie junto con Narita.

Los tres chicos se despidieron de sus amigos y salieron de la casa de Tanaka. En el trayecto estuvieron hablando hasta el punto de separarse e irse cada uno por su parte.

Ennoshita llegó a su casa rato después, saludó a su familia y se dirigió hasta su habitación para dejar sus pertenencias. En todo el camino no paro de pensar en cómo poder ayudar mejor a sus compañeros a que les vaya mejor en sus estudios. Tanaka y Nishinoya son inteligentes, eso lo sabe, pero para temas de estudio y clases les va mal. Les cuesta retener la información.

—Debe haber alguna manera —susurró.

Un par de vueltas por su habitación lo ayudaron a pensar en una idea, es una de sus últimas alternativas, no podría fallar.

Tomó su teléfono y mandó un mensaje hacia una de sus compañeras de clases, la más aplicada e inteligente que ha conocido.

«¿Podemos juntarnos mañana antes de empezar las clases? Por favor» Envió.

Le contestó de inmediato.

«Seguro, en el patio de la escuela estará bien.» contestó.

Ennoshita sonrió. Espera que acepte, sino, estará perdido.

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—¿Te vas a declarar? Nunca pensé que te gustará Hanashi-san —habló Narita, sorprendido.

—Solo le pediré un favor.

—¿Tú le crees, Kinoshita? —preguntó  su amigo.

—Para nada. —rió él.

—Los veo después, no empiecen con sus teorías raras —aviso.

Entre Rebotes y Letras | Nishinoya Yuu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora