Cap 2

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-- Esque

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-- Esque.. amor, entiendeme.--
Dijo Melissa, tratando de que su novio comprendiera.

Fernando se acaricia la cien. Sin poder creerlo. Suelta un suspiro abre los ojos, mira a Melissa y luego se levanta de la silla.
-- No puedo creer esto. Nisiquiera sabes si la persona es de confianza.

Melissa que recarga su codo en la mesa y su menton sobre la palma de su mano. Apaga la laptop y la cierra, luego mira a Fernando y apreta sus labios antes de seguir con su explicación, con un escalofrío que recorre su columna.

Tenía la misma edad de Fernando. 42, solo que era un año mayor que el Asturiano. En las mujeres era más notoria las arrugar en el rabillo del ojo, y las líneas de exprecion más notorias pero aún así Fernando la amaba. Aunque ella este obsesionada con rejuvenecer. En su estante hay miles de cremas que han costado una fortuna pero que nunca terminan haciendo efecto.
Esta vez fue diferente. La mexicana contacto a un cientifico.

No era reconocido, y estaba en estado anónimo en el momento que la morocha se contacto con el. Pasaron hablando muchas horas, el científico profesional que aseguraba ser le metio demaciada labia al asunto. Que Melissa termino pagando..

-- Son 25 millones de euros. Es casi.. joder toda mi fortuna.
Dijo Fernando quejandose de la compra a ciegas que su novia había hecho. No, no estaba contento. No esperaba este giro de la situación cuando solo quería llegar a descansar, no un tema del que lo va a mantener estresado lo siguientes días.

Melissa se levanta de la silla y mirada cae al suelo. Se siente su cable y cae sierta consiencia sobre sus hombros. Pero estaba tan obsecionada con el tema de la belleza.

Quería rejuvenecer. Y no de la manera de las operaciones de cirjunos plasticos. Muchas veces los resultados de aquellas cirujías terminaban siendo un fracaso, y tampoco quería permanecer hinchada y con el horrible dolor, con la dieta por varios meses. Quería algo que le haría rejuvenecer de la niche a la mañana.

Fernando opinaba la cituacion con desaprobacion. Pero la compra ya estaba hecha. Y no había vuelta atrás. Acomodo sus mechones y respiro hondamente. Melissa miro a su novio, se acerca a el, coloca sus manos en sus cachetes para darle un beso corto en la mejilla derecha.

-- Perdóname.
Dijo ella. Pero francamente no muy arrepentida de aver hecho la compra que tanto le importaba en ese momento. Seguramente llegara en unos 2 días más, muy rápido para ser enviada desde ese país raro.
Fernando coloca sus manos en la cintura de ella reposandolas ahí otra vez. Aceptando las disculpas de su novia. Ella sonrio haciendo presente sus comisuras.
-- No volvere hacerlo.
Podría ser una verdad o mentira pero Fernando decidio imaginarse la sinceridad de la morocha. Y asintio levemente, sus labios eran una linea orizontal. Solo pensaba y esperaba llevar lo mejor posible la situación.

Fernando le dio una corta mirada a ella, luego se alejo a paso lento dirigiendose a la cama. Esperando poder tener la mente en paz y sonora esta noche. Quitandose los zapatos y quitandose solo la camisa se tiro a la cama. Su pelo entre lacio y ondulado, pero recientamerte cortado, estaba despeinado.

Melisaa se cruzó de brazos viendo a Fernando recostado en la cama desde la cocina. Su semblante era algo sobrio, su mirada sin nada que reflejar, pero se notaba impaciente. Por ahora su mente solo ocupada tener ese extraño liquido que la haría más joven. Acercandose y entrando al cuarto, se asomo para verificar que su novio ya esté dormido. Como tal lo estaba y se devolvio a la cocina: Se acerco a la mesita y volvio a su laptop.

Y paso ahí hora tras hora, tras hora.
Melissa seguía ahí investigando más a fondo sobre lo que había comprado. Estaba ahora que no se arrepentía de lo que habia hecho, sin importarle la gran suma de dinero que había agastado de Fernando. Porque el Asturiano era millonario, eso si, aunque no era una excusa para hacer una compra tan absurda como utiles para rejuvenecer.

Alrededor de las cuatro de la mañana la morocha vencida por el sueño y las ojeras bajo sus ojos, sus parpados que se caian lentamente. Simplemente se levanto y se acerco al cuarto para tumbarse al lado de Fernando, quedando dormida directamente, pero dejando la laptop sobre la mesa encendida y con la pagina abierta.

La persona que había contacatado para la compra no era de confianza, mucho menos sabia como era y no tenia pruebas de que era un profesional. Solo se dejo llevar por las palabras del vendedor.
La noche paso y el sol de la mañana se hizo presente, el cielo se iluminaba poco a poco.

Y el primero en despertar fue el piloto de Aston Martin. Quien con un gruñido y estirandose se desperto con la alarma de su teléfono: Tenia que ir hacer ejercicio hoy, y se disponía a ir a ver una carrera de Indy esta tarde.
Fernando bostezó sin abrir sus ojos aún. Apoyandose de sus brazos se levanto y se sento con cautela en la cama, cruzando sus piernas y sus pies bajo sus muslos.

Fernando abrió sus ojos lentamente y se acerco al borde de la cama. Tallo sus ojos un poco y ordeno algo de su pelo.
Fernando se levanto observando a su alrededor, su garganta se sentía algo seca así que decidio tomar algo de agua, o a lo mejor decidio revisar el refrigerador para ver si había algo de jugo. No estaba en su dieta algo como eso, pero que más da.

Al acercarse a la cocina mientras se rascaba ligeramente su abdomen se detuvo cuando vio la laptop de Melissa sobre la mesita de la cocina. Fernando fruncio sus labios y enfoco su vista. Debió tener mucho sueño como para no apagarla.
Se acerco y la cerro sin mirar la pantalla, seguramente el aparato debió ya estar descargado pero aun así respeto la privacidad de su novia.

Fernando se acerco al refrigerador y lo habrió, había algo de yogurt pero no era algo que le antojaría a unas horas tan tempranas como a estas, las 6 en punto. Fernando sintió que su telefono vibro por corto tiempo. Deduciendo que sería simplemente un mensaje de alguna red social.

Mientras seguía viendo el refrijerador sin importancia saco su movil y lo desbloqueó con la huella dactilar. Deslizando hacia abajo se percato que era una notificación de Twiter y que alguien lo había etiquetado en un tweet. Era Rosberg, piloto retirado que de repente se presentaba para ser comentarista, y decía de repente porque no lo vio muchas veces por el paddock.

Fernando dio una mirada corta. Pero viendo su movil y cerrando ma nevera. Aplastando en la notificacion que aparecia informandole que Rosberg le había etiquetado en una publicación de alguien.

Y en su telefono aparecio un tweet de hamilton. Una foto de el que fue subida hace minutos. El británico se encontraba en el gym, y era una foto de el, apuntando al espejo y el reflejo se le veía a el, sin camiseta y con unos pantalonea sueltos deportivos que llegaban hasta por encima de sus rodillas. Su pecho sudado obviamente, con una frase motivadora.

Fernando hace una mueca de disgusto mientras apaga su movil y lo deja con algo de brusquedad en su volsillo nuevamente. Hamilton al parecer ya había despertado más antes que el, y estaba más adelantado que Fernando.

-- Idiota.
Murmura Fernando, mientras reposaba todo su peso en una de sus piernas. Aveces le molestaba cuando Nico le etiquetaba de la nada en los tweets de Hamilton. Sabía que solo hacia eso para enfadarle.

Melissa comenzó a despertar. O bueno, ya lo había hecho por completo. Le dio una mirada rapida a la ventana viendo el cielo que estaba iluminado por completo, pero con la vibra fría que dan las mañanas. Con una vista sombria observo a su alrededor. 1/2 para ese remedio rejuvenecedor.

Lo obtendria a toda costa.

Lo obtendria a toda costa

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¿Devuelta a mís 30?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora