8.

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Robert se quedó mirando a la novia mientras Damon y Nancy saludaban a los invitados a su mesa. Lo último que Robert quería era otra esposa de Damon con sus restos esparcidos y manchados por las calles. Sólo deseaba que esta mujer fuera leal.

Sus otros defectos podrían pasarse por alto.

Pero entonces miró a Damon y se preguntó cómo va a mantener a la esposa de Damon a salvo de él mismo. Él había matado a las mujeres por las que sentía algo en el pasado. ¿Cuál podría ser la tasa de supervivencia de alguien que era hermana de un chico que se había fugado con su prometida? ¿Cuánto tiempo podría sobrevivir con su belleza? ¿Durante cuánto tiempo podría soportar a Damon y no desear el contacto y la compañía de un hombre cariñoso?

Tenía que ocurrir en algún momento. Robert sabía que iba a ser una tarea difícil con los modales de Damon y no podía esperar a advertirle sobre ello. Tenía que hacerlo. Su primo ya había tomado una decisión jodida al casarse con alguien como Nancy. Aria y Ken podían quedar atrapados y la cosa se iba a poner fea.

—¿En qué estás pensando? —Le preguntó Selena con preocupación en los ojos.

—Es la hermana de Ken. El cabrón que se escapó con Aria —Selena miró a Damon y a la nueva novia y luego miró a Robert.

—¿Qué quieres decir? ¿Por qué Damon se casaría con alguien con quien se suponía que debía acabar? Esto viene de sus propias reglas. Cómo no va a levantar una objeción de...

—No te preocupes por nuestras reglas, Selena. Damon puede decidir. Pero esto no es lo que estoy pensando. ¿No sería bueno que al menos el tercer matrimonio de Damon funcione? No sé qué truco hizo esa chica, pero no sabe en qué se había metido.

—¿Mejor que meterse bajo dos metros de tierra? —Preguntó Selena tragando saliva.

—Sí, por ahora. Sólo Dios sabe lo que vamos a presenciar.

—No estés pendiente de él. Todo va a ser en vano. La desgracia de esta mujer la ha traído aquí. Aunque consiga que no la maten se pasará la vida haciendo creer a Damon que es alguien que merece respeto. Damon es un caso perdido en los matrimonios. No me sorprendería que algún día asistiera a su boda por octava vez —Esto hizo que Robert la mirara.

—Es la primera vez que asistes a su boda.

—Sí, lo sé —Selena tenía una sonrisa juguetona en la cara.

—Es bueno en otras cosas —Robert intentó defender a su primo.

—Sí, para equilibrar la disuasión de nuestra familia —Señaló Selena.

—A veces, eso es todo lo que tiene una familia —Recordó Robert. Y, Selena miró a Robert con cariño antes de cogerle la mano.

—Tengo suerte de tener a alguien como tú.

—Ojalá pudiera darte algo más. Y, tengo suerte de que eligieras todo lo que viene conmigo.

—Debes estar bromeando. Estaré a tu lado pase lo que pase. Me he sometido a ti, ¿recuerdas? Y me has cuidado muy bien —Selena parecía estar disfrutando de la fiesta y Robert se perdió en sus ojos.

Esos ojos eran siempre su lugar seguro.

—Qué aire tan romántico. Les habrá recordado su época. ¿Verdad? —Preguntó Damon y tanto Robert como Selena miraron a Nancy. Al parecer Damon había acudido a ellos para la presentación—. Este es mi primo, Robert. Su mujer, Selena. Se pasan el día hablando de mí. O intentando no hablar de mí —Damon se burló de Selena que se mofó.

—Menudo dilema...

Mientras Robert se apresuraba a cambiar el tema.

—¿No nos presentas a la Sra. Nancy Anderson?

En sus ManosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora