Capítulo 2: El profesor de prácticas

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*Alguien toca la puerta*

— Pasa — Exclama Pedro en voz alta.

Un hombre alto e imponente entra al aula. Es jóven, veinticinco años. Su cuerpo es esbelto, tiene unos grandes brazos musculados y un abdomen claramente trabajado. Su camisa blanca apretada, la cual tiene un botón sin abrochar, hace resaltar su ancha espalda.
Los alumnos se quedan mirándolo, en especial las alumnas, perplejas por sus ojos y cabellos marrón oscuro que, con los rayos del sol, se perciben color miel.

— Joder — Dice Luna en voz baja. Mira a Amanda, la cual tiene la boca tan abierta que parece que se le va a caer la mandíbula.

Se forma un silencio algo incómodo en el aula y todos los alumnos miran al sujeto que ahora se acerca a Pedro.

— Buenos días, Pedro

— Buenos días, ¿no crees que llegas algo tarde?

— Si, tiene usted razón, es que-

*Pedro lo interrumpe*

— No me llames de usted, por favor.

— Claro, no te preocupes. No volverá a pasar.

Luis suelta una sonrisa amigable y se da media vuelta para dar la cara a los alumnos. Entonces, Pedro presenta al atractivo joven como "un chico que estará conmigo de prácticas a lo largo del curso."

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— Dios mío... ¿¡pero tú has visto como estaba el ayudante este!? O como se llame, ya ni me acuerdo... No podía dejar de mirarle a esos ojos marrones. — Le dice Amanda a su amiga.

— Uyy relaja un poco, ¿no?. Jajaja, pues claro que lo he visto, como no hacerlo... Pero bueno no pensemos en eso eh? Que simplemente es una especie de chico de prácticas o algo así ha dicho me parece... Emm...

— Así que soy yo la flechada, por supuesto... — Le responde a Luna con una sonrisa traviesa y rodando los ojos.

— Bueno ya está bien! Que nos saca como diez años...

— ¡Y Pedro como cuarenta!

— Ya, pero Pedro no me gusta tontita.

— Ajam... Por cierto, vamos rápido que tenemos clase de música abajo...

el 𝛂 y el βDonde viven las historias. Descúbrelo ahora