Nanako necesita ayuda con su técnica de colocación, y piensa en que su mejor opción es justamente aquel introvertido colocador del Club Masculino de Voleibol que tanta curiosidad le da. Tal vez esa sea su excusa perfecta para acercarse a él y poder...
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Tres días de entrenamiento con el equipo masculino habían pasado, para Nanako fueron días espectaculares que la dejaban con ganas de seguir frecuentándolos. El día miércoles incluso había conocido a los entrenadores de sus amigos, Nekomata y Naoi, quienes al igual que todo el equipo la recibieron gustosos y estuvieron dispuestos a instruirle sobre el deporte. Nanako no podía sentirse más cómoda con tanta gente como en esos momentos, se sentía bien y sus días poco a poco tomaban más color, pues ellos comenzaban a considerarla una amiga, así como ella lo hacía, a pesar de tener más relación con alguno que otro, todos le caían bien y disfrutaban del tiempo juntos, Nanako ya no se sentía tan sola.
Yaku era cálido, amable y quien más consejos solía darle sobre cualquier tema que se le ocurriera. A Nanako él le inspiraba confianza y disfrutaba de la calma que a veces transmitía, calma que cada tanto desaparecía cuando cualquiera de ellos lograba romper su paciencia de oro, que incluso Nanako rompía en momentos, mayormente cuando se juntaba con el alegre Inuoka y con Taketora, quien poco a poco fue dejando la timidez por su femenina presencia de lado, mostrando su llamativa personalidad explosiva con confianza y alegando ser su mayor fan.
Nanako también fue apaciguando de a poco su notable inseguridad sobre su propia personalidad frente a los demás, pues ya se sentía en confianza con su nueva compañía, y ellos mismos siempre se encargaban de seguir dándole más de aquella confianza que desde un principio sólo tenía con Yuta, para finalmente poder comportarse como ella misma sin tanto miedo.
A raíz de su libertad, el equipo pudo notar lo energética que resultó ser, siendo igual de ruidosa y acelerada que Inuoka, por lo mismo ambos se llevaban muy bien y siempre que podían se la pasaban de un lado para el otro, jugueteando entre ellos o yendo a molestar a los demás cuando se aburrían mucho, como ambos eran algo nuevos en aquel grupo congeniaron rápidamente.
Kuroo desde el primer momento mostraba simpatía con ella, y los demás días siempre fue igual, incluso hablaban bastante entre ellos cuando iban y volvían a sus hogares junto a Kenma y Yuta. Nanako podía bromear libremente con él y Kuroo la incluía siempre en todo desde que la conoció, ambos estaban cómodos con el otro y cada tanto eran cómplices en acabar con la paciencia de Yuta, Yaku e incluso Kenma.
Con Kenma su relación era bastante extraña. Desde que su entrenamiento sobre la colocación empezó ellos solían pasar más tiempo juntos, pues él era quien le enseñaba sobre eso en especifico, y por alguna razón todos hacían lo posible para alejarse y dejarlos solos en esos breves momentos. A Nanako le desanimaba un poco al principio como todos sus intentos de acercarse a él parecían no funcionar a veces, pues Kenma simplemente se enfocaba en lo que era su "deber" con ella y luego volvía a colocar esa pared entre ellos, aunque nunca demostró señales especificas de desagrado o de rechazo con ella —más bien se dejaba estar sin poner quejas—.
