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Right people

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❝One time for the present❞

❝One time for the present❞

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—¡Yukimura Nanako, abre de una vez! ¡Tía, ven! —Yuta golpeó con total impaciencia por quinta vez en los últimos minutos la puerta de la habitación de la chica.

—¿Qué pasa? —la ojimiel mayor subió las escaleras de inmediato al sentir el alboroto de su sobrino, quien no paró de golpear la madera en ningún momento y ya se encontraba nervioso.

—Nanako no abre, llevo rato golpeando, es raro.

Michiko asintió y gentilmente apartó al niño de la puerta, quien no había querido entrar sin permiso de la chica, pero comenzó a desesperarse al siquiera escuchar algún ruido proveniente del cuarto.

La mayor, lejos de importarle la privacidad ajena, profesó un aviso en voz alta y abrió la puerta de par en par, entrando con el pelinegro siguiendo sus pasos.

Ambos suspiraron al ver a la pequeña chica sentada en el suelo, apoyada en el borde de su cama, con su cara escondida entre sus brazos que estaban apoyados completamente sobre sus rodillas subidas.

Ellos podían ver la figura de Nanako temblar notoriamente en lo que sollozaba casi que en silencio, rápidamente se acercaron y se arrodillaron a su lado, pero no amagaron a tocarla para no empeorar la situación.

—Nana, mi amor, dime. ¿Has dormido? —la voz gentil de su madre ocultaba la angustia de ver a su pequeña en ese estado nuevamente.

La chica negó con su cabeza, encogiéndose aún más en su lugar, si es que podía. 

—Dime. ¿Has dejado de tomar tus medicamentos, verdad? —Michiko volvió a preguntar, ya a sabiendas de su respuesta.

Ella dudó por unos segundos, pero terminó asintiendo con su cabeza, dejando ver su rostro finalmente, el mismo se veía cansado y empapado de sus propias lagrimas que aún salían.

Yuta, a su lado, apartó la mirada para evitar ponerse a llorar en ese momento.

La semana pasada había sido una muy buena para ser verdad.

—¿Por qué estás en el suelo? —la mujer siguió preguntando.

—Y-yo quise pararme para cambiarme p-pero a penas p-pude hacer un paso... M-me dio un mareo y ya no pude levantarme, mi cuerpo no respondió —Nanako suspiró en largo y volvió a hablar luego de unos segundos—. No quiero depender de las medicinas, pensé que iba a estar bien sin eso la semana pasada, iba bien, pero a los pocos días otra vez empecé a sentirme mal. Me frustra, ya no quiero sentirme así, quiero ser normal sin esas cosas, pero me siento muy sensible con todo...

Bubblegum | Kenma KozumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora