Expectant -Drarry ( Traduccion)

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Draco se despierta el cinco de junio con un obscenamente grande ramo de rosas que cambian de color, delicadas y llenando la habitación con una exuberante dulzura. Cuando se levanta de la cama y revisa la tarjeta, apenas puede leer los garabatos ilegibles de Potter: Feliz cumpleaños, Malfoy , inicialmente malinterpretando 'Malfoy' como 'Maltoy'.

Draco entrecierra los ojos, con los labios vueltos hacia adentro mientras intenta contener las salvajes oleadas de emoción y calidez que lo están llenando mientras observa cómo los pequeños y queridos cogollos cambian del blanco nieve al rosa chicle brillante, al lila pálido y a un granate tan rico y profundo que es casi rojo vino antes de mostrar un bonito color amarillo mantequilla.

Apoya la tarjeta en el tocador junto al tazón de chocolates recién lleno, que Draco se detiene para notar que son de La Maison du Chocolat en París y que apenas recuerda haberle mencionado de pasada a Potter unas semanas antes.

Potter , piensa, mirándose en el espejo, con los labios entreabiertos, el color en las mejillas y los ojos anormalmente brillantes.

"Déjame adivinar", dice a la ligera mientras se une a un Potter bastante nervioso para desayunar quince minutos después, "¿Estás tratando de comprar tu camino para volver a ponerme los pantalones?"

Potter se sonroja pero apenas es capaz de contener una sonrisa. "Cállate, Malfoy", responde con la misma ligereza, empujando un regalo envuelto elaboradamente en papel dorado brillante y cintas danzantes que está al lado del plato de Draco, sobre el cual se encuentran dos crujientes, perfectamente dorados y enormemente inflados panes au chocolat , con los extremos bañados en chocolate fundido – hacia Draco.

“Merlín”, Draco se sonroja ligeramente y su mirada se desliza de las chocolateras en su plato a la ostentosa cajita cuadrada al lado, “¿este papel está hecho de oro real, Potter? ¿Lo hacen especialmente para ti? ¿Estas cintas hablan también o simplemente bailan?

Potter pone los ojos en blanco pero se inclina hacia atrás y se cruza de brazos con una pequeña sonrisa. "Sólo ábrelo".

"No deberías haberlo hecho", murmura Draco, tirando de las cintas para que revoloteen delicadamente sobre la mesa. “En realidad, ya ni siquiera me importan mis cumpleaños. No necesito nada más de ti, Potter. Ya estoy demasiado en deuda contigo”.

"En primer lugar, no, no lo eres", dice Potter en voz baja, observando cómo Draco quita el elegante papel dorado con dedos temblorosos. "En segundo lugar, ni siquiera es algo nuevo, así que cállate".

Draco se burla lo mejor que puede con el corazón en la garganta cuando se revela la demasiado familiar y reluciente caja de caoba, lo que instantáneamente hace que sus entrañas se contraigan dolorosamente. Se queda mirando el cierre de latón brillante durante varios segundos antes de levantarlo y abrir la caja, con una mano volando hacia su boca mientras ve el reloj de oro blanco que había vendido a Garrick y Graeme en el Callejón Diagon hace aproximadamente un año. un año después de mudarse a ese lúgubre apartamento cuando regresó de otra entrevista de trabajo fallida.

Ni siquiera se da cuenta de que está llorando hasta que de repente Potter está parado a su lado con una mano en su hombro, el peso caliente de la misma hace que el pecho de Draco se apriete aún más. Parpadea y finalmente se da cuenta de los pequeños sollozos ahogados que suenan detrás de la mano que todavía se tapa la boca. Tragando apresuradamente, se limpia las mejillas con el dorso de la mano antes de levantar lentamente el reloj con ambas manos, el metal frío y de alguna manera acogedor en el agarre de Draco. Cuando le da la vuelta, las líneas blanco plateado del nombre grabado en la parte posterior, Septimus Malfoy , brillan hacia él como si lo reconociera.