ᴇxᴛʀᴀ: ɪ'ᴅ ᴍᴀʀʀʏ ʏᴏᴜ ᴡɪᴛʜ ᴘᴀᴘᴇʀ ʀɪɴɢꜱ

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—¡ARGGG! ¡ME RINDO!

Sentenció Amity arrugando el papel que tenía en sus manos para después tirarlo en el cesto de basura que estaba ubicado a la izquierda de su escritorio. Lamentablemente, Amity logró captar por el rabillo del ojo como, el pequeño bollo que había tirado hace unos segundos, rebotó contra el resto de papeles arrugados terminando por caer en el suelo de su habitación. Molesta con lo que era para Amity "un fracaso perfecto", soltó un segundo quejido para después golpearse la cabeza con el escritorio.

—¿Se puede saber qué está pasando aquí?

Amity puso los ojos en blanco una vez reconoció la voz de su hermana mayor. Lo último que necesitaba ese día era que alguno de los gemelos la molestara.

Amity giró su cabeza hacia la puerta sin despegarse del escritorio para mirar a su hermana con desinterés. —¿No sabes tocar?

Emira ignoró las palabras de Amity y la miró fijamente como si de esa manera podría ser capaz de adivinar qué era lo que molestaba a su hermana menor. Amity, al darse cuenta de las intenciones de su hermana, se apresuró a levantarse de la silla para acercarse a la puerta de su cuarto con las intenciones de ponerle límites. Pero, cuando Amity estaba por empujar la puerta, se llevó la sorpresa que su hermana ya se había recostado sobre esta. Molesta, miró a su hermana con advertencia pero, esta ni se inmuto con su mirada.

—¿Vas a dejar de hacerme ojitos y contarme qué te pasa? –indagó la mayor de los Blight.

Amity no pudo evitar maldecir en un suspiro. Había días que podía escapar de la curiosidad de sus hermanos pero, otros no y, para la suerte que estaba teniendo ese día, sabía que no iba a sacarse a Emira tan fácil de encima si la atrapó golpeándose la cabeza hace unos minutos.

No había pasado nada grave y, exactamente por ese motivo, no quería hablar con Emira pero, a pesar de sus intentos por sacar a su hermana de su habitación, terminó rindiéndose para dar fin a la guerra.

—Bien, tu ganas. –admitió Amity con cero emoción en su tono. —Pero, ¿minimo puedes entrar asi cierro la puerta?

—¿Por? Digo, Edric está abajo con Jerbo, dudo mucho que...

—Emira. –interrumpió Amity con seriedad. —No pienso contarte nada con la puerta abierta.

Emira al notar la seriedad del asunto, levantó ambas manos en señal de rendición y, mientras pasaba al cuarto para tomar asiento en la cama, Amity ya había cerrado la puerta para pararse a un lado del escritorio.

—Si te digo lo que pasa, ¿prometes no hacer bromas al respecto?

—¿Qué?

—Y tampoco puedes contárselo a Edric. –Advirtió.

—Dios bien, lo que quieras pero, ¿vas a contarme ya qué pasa? –preguntó Emira impaciente.

Amity analizó a su hermana a la vez que ordenaba las palabras en su cabeza. Dios, mientras más lo pensaba, más tonta se sentía así que, rendida a que sea lo que tenía que ser, cerró los ojos y le compartió a su hermana lo que ni Boscha sabía:

—Voy pedirle a Luz que sea mi novia.

Al instante que su boca se cerró, Amity se sorprendió al no recibir comentario al respecto pero, justo cuando estaba por abrir los ojos, escucho como su hermana empezaba a ahogarse en risas.

Era evidente que pasaría pero, Amity no pudo evitar sentirse avergonzada.

—Dios Mittens, me tenias preocupada. –comentó mientras se limpiaba las lágrimas de los ojos. —Pensé que había pasado algo más grave.

IT IS (not) A LOVE STORY [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora