3.Dia 1 en la escuela

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Al dia siguiente

Narra Isabella

Me desperté desorientada, mirando el techo desconocido del cuarto donde me encontraba. Por un momento, todo parecía un sueño extraño y confuso. Pero una oleada de recuerdos me tocó como un torrente: la pelea en mi instituto, la sensación de perder el aliento, mi muerte, y luego... la reencarnación en el cuerpo de Isabella. Los detalles se acumularon en mi mente como si alguien hubiera abierto un viejo libro de memorias, desbordando sensaciones y emociones.

Había conocido a Jake ya su padre, figuras que, en mi vida pasada, solo eran personajes de una saga que me fascinaba. Ahora, aquí estaba yo, viviendo en este mundo que antes solo existía en las páginas de un libro. No sabía si sentirme emocionada, nostálgica o asustada. Después de todo, ¿quién podría decir que entiende cómo es morir y despertar en un universo ficticio?

Intenté poner en orden mis pensamientos y me levanté de la cama con pereza. Al abrir el armario, me encontré con una colección de ropa que pertenecía a la Isabella original: demasiado simple y anticuada para mi gusto. Sonreí para mí misma, recordando que en mi vida anterior había soñado con ser diseñadora. Quizás este talento sería útil ahora, en esta vida que parecía adelantada a su tiempo en comparación con la moda de este mundo.

Escogí un conjunto sencillo pero bonito, algo que marcará una diferencia sutil en mi estilo. Un un pantalón azul de corte campana, una camisa de manga corta entre marrón y gris y un suéter blanco pero combinado con unos accesorios que le daban un toque moderno y fresco. Me miré en el espejo, notando que incluso mi postura había cambiado; era yo, pero no del todo. Después de un último vistazo, salí de la habitación y bajé las escaleras rumbo a la cocina, preparada para afrontar otro día en esta vida nueva y extraña.

—Buenos días, papá —dije, con una sonrisa que intentaba ser despreocupada.

Él alzó la mirada, me acerqué a la mesa y me senté, tratando de dar la impresión de que todo era normal, que nada en Isabella había cambiado, aunque por dentro sabía que no era así.

—¿Qué tal has dormido? —pregunté, buscando romper el silencio que se

Él frunció levemente

—Eh, bien... ¿y tú?

—Bien, gracias —respondí, esforzándome por que mi sonrisa no pareciera forzada

—He hecho café y huevos fritos con tocino, pero puedo cocinar algo mas si quieres —dijo finalmente

Negué suavemente, dejando que mi expresión se suavizara, un intento de mostrar que apreciaba el gesto.

—No, eso está bien, gracias.

—Ok —contestó él, mientras regresaba a su periódico.

(...)

El rugido del motor de mi moto se mezclaba con el viento que azotaba mi rostro mientras me dirigía hacia mi nueva escuela. El trayecto era corto, pero cada minuto sobre la moto me hacía sentir más libre, más en control. Era una sensación que necesitaba, especialmente ahora que me encontraba en este mundo que no era exactamente el mío. Mi plan era sencillo: llegar al instituto y, con suerte, orientarme por mi cuenta, evitando tener que cruzarme con Eric y su grupo.

No es que tuviera algo en contra de ellos, al menos no de todos. Ángela siempre me había parecido una persona amable, genuina, y Eric, aunque un poco pesado con su entusiasmo, tenía buenas intenciones. Mike era... bueno, un buen tipo, aunque a veces demasiado superficial. Y Tyler, aunque casi no habíamos hablado, siempre parecía ser cortés. Pero el verdadero problema era Jessica. Ella vivía por el chisme de una forma que hacía que el simple acto de criticar se volviera casi una profesión para ella. A todos nos ha pasado alguna vez, criticar al profesor que se pasa de la hora, o al compañero que nunca hace su parte en los trabajos, pero con Jessica era distinta. Ella cruzó esa línea una y otra vez. Por eso, si no podía evitar el sentarme con ellos, solo deseaba, por su bien, que no dijera algo de lo que se arrepintiera.

¡¿REENCARNE EN ISABELLA SWAN?! [Jacob Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora