20

1.2K 155 18
                                    

James mira a Regulus dormir, la claridad entra por la ventana (aunque no dejó de llover)

Potter repasa las facciones duras y a la vez suaves de su chico: la mandíbula marcada profundamente, las cejas negras depiladas a la perfección, pestañas abundantes y oscuras como la noche; hay un par de pecas casi imperceptibles por ahí. La nariz es algo respingada pero fina, como si la hubiese moldeado un artista; labios rojos y carnosos, su piel es muy blanca  en contraste con la suya, pero es hermosa a pesar de su falta de color.

Acaricia los labios de Black mientras sigue mirándolo con amor.

-Uhm- se queja Regulus alejando la gran mano de su cara- déjame dormir madre, luego limpio.

-No soy tu madre, cariño. Soy James.

-James- suspira entre sueños- mi James.

James sonrie ampliamente.

-Te amo cariño.

Dorea toca la puerta llamando a desayunar.

Potter tiene hambre así que escapa de la cama y baja las escaleras.

-Buenos días.

-Buenos días.

-Hola cariño, ¿y Regulus?

-Él está dormido, ayer vino llorando a mi cama.

-¿Pasó algo?

-Le teme a la lluvia, supongo que por algún trauma.

-Vi las marcas en sus brazos, ¿él está bien?

-Ahora sí, no sé bien sobre eso, lo que si sé es que sus padres lo echaron.

-¿Por qué alguien haría eso?

-Son malos, muy malos. Los investigué. Regulus es trans y ellos son tan cerrados- se lamenta- pobre Reggie.

-Es difícil la situación, James. Yo también pasé por eso- recuerda su abuela.

-Sí pero tus padres no te echaron.

-Mis padres mi obligaban a ser "masculino" creo que es mejor no estar que seguir sufriendo.

-¿Cómo saliste de ahí, abu?

-El abuelo- lo señala- nos enamoramos a primera vista, un mes después estábamos viviendo juntos.

-¿Cuántos años tenían?

-Dieciocho. Yo comencé mi transición a su lado, ya segura y confiada de que nadie podría hacerme daño.

-Sobre mi cadáver- menciona Henry- alguien te llega a tocar y lo mato, un tiro en la frente y se acaban los imbéciles.

James ríe divertido.

-¿Puedo más?- pide mirando su taza.

-Sí- sonrie Dorea tomando su taza.

-Puedo servirme yo, abuela.

-Ella nunca deja que nadie haga nada- bufa su abuelo- me siento un inútil siempre.

-Puedo hacerlo yo y me gusta, tu te encargas de todo esto- señala afuera- desde las 5 de la mañana hasta la noche, yo me encargo de nuestro nido de amor- sonrie divertida.

-Papá siempre habla de lo lindo que era vivir aquí- menciona James- ustedes se aman mucho.

-Llevamos sesenta años casados, James. ¿Si no nos amamos qué hacemos de nuestra vida?

-¡Sesenta años! sesenta años, es demasiado, muero por pasar sesenta años junto a mi novio.

-Se nota que se aman, serán muy felices.

-Uhm si, nos amamos mucho- responde James mientras mastica.

-¡No comas con la boca abierta!- reta  Dorea mirándolo serio.

-Perdón, abuela.

Regulus aparece caminando despacio, con verguenza. Lleva un buzo de James y unos jogging negros.

-James- llama despacio- buenos días- saluda a los abuelos de su chico.

James se acerca a él, olvidando su desayuno.

-¿Sí, cariño?

-Yo...-se pone rojo.

-No me salgas con que estás embarazado porque todavía no lo hicimos- bromea, pero Reggie no ríe.

-No, todo lo contrario.

-Dime, no te entiendo y me preocupas, ¿qué pasa?

-Me vino la menstruación- susurra avergonzado, a penas ayer comenzaron a salir.

-Eso es bueno ¿no?

-No cuando solo traje una compresa.

-Oh, mierda.

Fan//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora