¿Los Overlords se pueden enamorar?

Ahora Eres Mía

- El amanecer se asomo en la ciudad habitada en su mayoría por pecadores, a pesar de ser el averno contaban con el ciclo básico de día y noche. Algunas gotas de la potente lluvia de ácido ocurrida la noche anterior, resbalaban por los edificios cayendo a tierra y formando charcos letales para quien los pisara -

- Los pecadores comenzaron el movimiento diurno, algunos abriendo sus negocios, otros dirijiendose a otras zonas para causar caos y destrucción, otros simplemente para vivir sus segundas vidas haciendo nada. Pero una joven princesa atravesaba la ciudad muy apresurada, corriendo a gran velocidad, esquivando las almas revoltosas qué se le plantaron en el camino, observo a lo lejos el dorado resplandeciente de la edificación angelical -

- La embajada del cielo en el infierno, el único lugar donde podían reunirse demonios y ángeles, o al menos eso creía ella. Entró a toda velocidad, angustia y preocupación era lo que abundaba en su corazón, recorrió los mismo pasillos de la primera vez que estuvo en ese lugar. Cuando conoció a Adán y se le notificó el adelanto del exterminio -

- Encontró la puerta de la sala de reunión, se detuvo frente a ellas y jadeo por el cansancio, tuvo una larga carrera desde el Hotel hasta aquí... Tenía que saber... Si ella realmente podía haber regresado. Decidida empuño la manija de la puerta y la empujó para poder abrirla, el rayo de luz que emanaba el candelabro en el centro de la habitación la cego por un momento -

-¡¡CHARLIE!! - se lanzó directo a la recién llegada, envolviendola en un fuerte abrazo - ¡Qué gusto volvernos a ver! -

- ¡Emily! - correspondiendo la acción, hace tiempo que no se veían y para solo haberse conocido un día, habían forjado una bonita amistad - Me alegra verte, espero estes bien -

- No te preocupes, estoy bien solo con mucho trabajo extra que me mando Sera y ocupada con el nuevo integrante del cielo... De hecho de eso quiero hablar ven siéntate -  la jalo hasta una de las sillas con bordes dorados, esas eran nuevas y bastante cómodas -

- Si Emi escucha antes de nada, quiero preguntarte algo... Es importante -

- Pues esta bien, adelante responderé lo que sea -

- Emily... ¿Vaggie regreso con ustedes? Ya sabes... ¿Volvió al cielo? -

- ¿Vaggie?.... Pues no, no la eh visto y si hubiera querido subir, tendría que atravesar el portal y a San Pedro... No a subido nadie... Espera ¿por qué preguntas por ella? ¿No es tu novia y vive contigo? ¿Por qué regresaría al cielo si fue exiliada? Además para eso tendría que poder volar y según Lute ella misma le arrancó las alas... Eso debió dolerle mucho pobre - un cosquilleo recorrió su espalda, sus alas se cerraron y esponjaron, el simple hecho de pensar en ser arrancadas... La ponía nerviosa -

-Es que.. Veras... Yo... ¡YO LA CAGUE EMILY! ¡ELLA SE FUE Y NO SE DONDE ESTA! ¡DIJO QUE VOLVERÍA A CASA Y NO SE A QUE SE REFERÍA CON ESO! ¡PENSÉ QUE SERÍA EL CIELO PERO AHORA NO TENGO LA MENOR IDEA! ¡FUE MI CULPA, LA LASTIME Y QUIEN SABE DONDE ESTE! - entro en una crisis que dejo sorprendida a Emily, la Serafín intentó calmarla en cuanto comenzó a caminar de una lado a otro y a lanzarse maldiciones a si misma -

- Charlie, Charlie, escúchame - sosteniendo de los dos brazos obligando la a mirarla, la princesa continuaba alterada respirando muy agitada - no ganarás nada alterandote,  debo resaltar que no puedo entenderte si me lo explicas en ese estado, mira inhala y exala profundo y despacio, ves así como yo -

- Imitando a su amiga ángel, la princesa respiro tan profundo como pudo, exalando con fuerza comenzó a regular su respiración, siendo atraída por Emily nuevamente a la silla, se sentó para continuar con los ejercicios que se le dijo -

- Ahora....asiente con la cabeza si dices que si ¿okey? - recibió un gesto de afirmación - bien... ¿Vaggie y tú pelearon? -

- Asintiendo con la cabeza la rubia mucha más tranquila, comenzó a sentirse horrible, fue una discusión muy... Fea -