El bullicio de la ciudad nunca cesaba, con el tráfico interminable y las luces brillantes de los rascacielos que iluminaban la noche. En medio de este caos moderno, Xie Lian y Wei Ying caminaban por las concurridas calles, disfrutando de su compañía y de la atmósfera vibrante. Eran mejores amigos desde la universidad, unidos por su amor por la historia y las artes marciales.
"¿Recuerdas aquella vez en el campus cuando casi incendiamos el laboratorio de química?" dijo Wei Ying con una risa contagiosa.
"¿Cómo olvidarlo?" respondió Xie Lian, sonriendo. "Tuvimos que pasar todo el semestre en detención, pero al menos aprendimos a no mezclar ciertos químicos."
Ambos estallaron en carcajadas mientras continuaban su camino hacia su destino: un café acogedor donde solían reunirse con sus parejas. Hua Cheng y Lan Wangji ya estaban allí, esperándolos. Hua Cheng, con su distintiva apariencia de cabello largo y ojos rojos, era el dueño de un próspero negocio en la ciudad. Lan Wangji, por su parte, era un hombre de pocas palabras pero con una presencia imponente, y trabajaba como profesor de música en una prestigiosa universidad.
"Siempre tarde, Wei Ying", comentó Lan Wangji con una leve sonrisa al ver a su pareja.
"Lo siento, lo siento. La compañía de Xie Lian es tan divertida que perdimos la noción del tiempo", respondió Wei Ying, dándole un beso rápido a Lan Wangji antes de sentarse.
Hua Cheng, sentado al lado de Xie Lian, lo miró con una mezcla de amor y preocupación. "¿Cómo estuvo tu día?"
"Bien, gracias. Wei Ying y yo recordamos viejos tiempos", dijo Xie Lian, tomando la mano de Hua Cheng.
La velada transcurrió tranquila, llena de risas y conversaciones amenas. Sin embargo, Wei Ying y Xie Lian no podían evitar sentir una pequeña tensión en el aire, una que no tenía nada que ver con ellos, sino con el entorno mismo. La vida moderna tenía sus propios desafíos, y a veces, las relaciones más fuertes eran puestas a prueba.
Días después, mientras Xie Lian y Hua Cheng paseaban por un parque, un enfrentamiento inesperado ocurrió. Unos matones locales comenzaron a acosar a una joven. Sin pensarlo dos veces, Xie Lian intervino.
"¡Déjenla en paz!", exclamó con firmeza.
Los matones, al ver la determinación en sus ojos, decidieron atacarlo. Hua Cheng no tardó en unirse a la pelea, y juntos, lograron ahuyentar a los agresores. Sin embargo, Xie Lian recibió un golpe en la mejilla.
"Estás herido", dijo Hua Cheng, preocupado.
"No es nada", respondió Xie Lian, tocando su mejilla adolorida. "Lo importante es que ella está a salvo."
Esa noche, Xie Lian y Hua Cheng discutieron sobre lo sucedido. Hua Cheng estaba preocupado por la seguridad de Xie Lian, mientras que Xie Lian insistía en que no podía quedarse de brazos cruzados ante la injusticia.
"Entiendo tu preocupación, Hua Cheng, pero no puedo ignorar a alguien que necesita ayuda", dijo Xie Lian con firmeza.
"Y yo no puedo soportar verte lastimado", replicó Hua Cheng, su voz cargada de emociones. "Sólo quiero protegerte."
La discusión se prolongó, pero al final, se reconciliaron. Ambos comprendieron la perspectiva del otro y decidieron ser más cuidadosos en el futuro.
Mientras tanto, Wei Ying y Lan Wangji también enfrentaban sus propios desafíos. Wei Ying, siempre rebelde y enérgico, había organizado una protesta pacífica contra la corrupción local, y Lan Wangji, preocupado por las repercusiones, trataba de convencerlo de ser más prudente.
"Entiendo tu pasión, Wei Ying, pero necesitas ser más cauteloso", dijo Lan Wangji, su voz calmada pero firme.
"No puedo quedarme quieto mientras ocurren injusticias", respondió Wei Ying, decidido. "Esto es lo correcto."
Sus discusiones eran intensas, pero siempre terminaban en reconciliaciones. Lan Wangji admiraba la valentía de Wei Ying, y Wei Ying respetaba la sabiduría y el cuidado de Lan Wangji.
Un día, decidieron hacer una escapada de fin de semana juntos, los cuatro. Fueron a una casa de campo alejada de la ciudad, rodeada de naturaleza. El ambiente sereno y la compañía de amigos y seres queridos era justo lo que necesitaban para recargar energías.
En una noche estrellada, mientras Wei Ying y Xie Lian contemplaban el cielo, recordaron sus tiempos en la universidad y cómo habían crecido desde entonces.
"¿Recuerdas cómo pensábamos que nada podía separarnos?" dijo Wei Ying con una sonrisa nostálgica.
"Y sigue siendo cierto", respondió Xie Lian, mirándolo con cariño. "A pesar de todo, seguimos juntos."
Hua Cheng y Lan Wangji, observándolos desde la distancia, intercambiaron una mirada de complicidad. Ambos sabían lo afortunados que eran de tener a estos hombres en sus vidas. Se unieron a ellos y, juntos, compartieron historias y risas bajo el cielo estrellado.
Al final de la escapada, todos se sentían más conectados que nunca. Las pruebas y desafíos del mundo moderno no podían romper los lazos profundos que habían formado. En la lucha y la reconciliación, habían encontrado la fuerza para seguir adelante, siempre juntos.
Cuando regresaron a la ciudad, sabían que enfrentarían más desafíos. Pero ahora, con el apoyo de sus amigos y el amor de sus parejas, estaban listos para cualquier cosa que el destino les deparara. Y así, continuaron su camino, viviendo cada día con la certeza de que, en el corazón de la modernidad, sus vínculos eternos prevalecerían.
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me gusto pero siento que le falto movimiento, ni modo al siguiente le hechare mas ganas :D
nos vemos en el siguiente
cualquier sugerencia o correcion que me quieran hacer me avisan :)
bye nos vemos en el siguiente
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♡_HUALIAN_♡ ~•{one Shots}•~
FanfictionHistorias cortas del hermoso amor del hualian, mostrándonos que el amor existe Los personajes no son míos! Sin más que decir disfruten y no dejen malas críticas por fa Y recuerden es un fanfic puede que los personajes no se parezcan a la obra origi...