CHAPTER TWO

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• CHAPTER TWO •
( first week )

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HOGWARTS ERA catalogado como "fantástico y seguro" aunque Brooklyn ponía en duda eso. Solo había pasado una semana y se sentía como una mierda estar en ese lugar, sola y sin sus amigos, eran algo sofocante para ella, no obstante, la soledad la hacía pensar y reflexionar varias cosas que hasta cierto punto, le agradaba a Brooklyn.
Por otro lado la seguridad era igual de mierda como las maravillas que se contaban de Hogwarts, recordaba como tan solo en su cuarto día ahí, un chico intento suicidarse, sin embargo, no cumplió su objetivo.

Brooklyn buscaba una manera de distraerse y no sentirse tan vacía, así que las noches en la torre de Astronomía junto a varios cigarrillos, eran su mejor opción. Se sentía tan aburrida, estúpida y vacía, sabía que tenia que buscar un pasatiempo para distraerse, como Dumbledore le recomendó, no obstante, la verdad era que simplemente deseaba no estar ahí, estar en un lugar mejor, quizás junto a sus mejores amigos, o quizás en otro lugar mejor, aunque al final del día seguía atrapada en la misma mierda.

Todo era tan monótono que hacía frustrar a Brooklyn de una manera molesta, así que parpadeando volvió a la realidad; escuchándola las palabras que su profesor de Historia de la Magia soltaba.
Brooklyn soltó un suspiro agotador, realmente necesitaba inyectarse un poco de diversión para seguir ahí, no obstante, tomo su pluma y comenzó a garabatear en las esquinas de su hoja. No fue hasta que sintió movimientos a su lado que notó como la clase había acabado.

Sintió una emoción de al fin ya no escuchar las estúpidas palabras que su profesor soltaba; metió sin cuidado sus cosas y por poco corrió así la puerta, realmente necesitaba una dosis de energía, que la hiciera sentir viva, y no una muerta viviente.

—— Disculpa —— musito al ver como obstruian su pasó.

—— Oh, lo siento —— se disculpo la chica, corriendo se a un lado para que Brooklyn pudiera pasar.

—— Gracias —— dijo antes de salir y irse rápidamente al baño, necesitaba estar viva lo antes posible.

Entro al baño de mujeres y se encerró en una cabina, buscó con desesperación una jeringa y el pequeño frasco dentro de su bolsa, no fue hasta que los encontró que sintió una enorme alegría dentro de ella, juraba que podía sentir como los dedos de sus pies cosquilleaban en ese instante.

Metió la cocaína disuelta en la jeringa, cuándo lo tuvo listo levantó su manga y todo lo que cubriera su brazo, busco arriba de su antebrazo una vena específica y cuando lo localizo; tomó entre sus manos la jeringa y al mismo tiempo que se inyecto la cocaína, respiro lentamente, disfrutando como la euforia se apoderaba de su cuerpo rápidamente.

Una sonrisa surco su rostro y sintiéndose viva salió del baño, retomando su camino más feliz que nunca así su próxima clase.
Tarareando una canción cruzó pasillos y corredores, bajo miradas confundidas de varios estudiantes que se topo por el camino.
Entro al salón de Adivinación, sintiendo como la energía que tanto necesitaba estaba al fin dentro de ella, eso era lo que la hacía sentir viva y nadie podía saber eso, aunque claro, sus amigos eran de los pocos que sabían, no obstante, no sabían que sus días limpia había acabado hace un mes atrás, dejando de lado los dos meses limpia que estuvo, sin embargo, eso ya estaba en el pasado.

Eso era lo poco que la hacía sentir viva, especial y eufórica, luego de la muerte él. Pero sabía que luego de que se pasarán los efectos volvería a sentirse igual de muerta que siempre.

Quizás ese era su destino, morir.

( 💉 )

BROOKLYN A VECES simplemente deseaba saltar desde ese lugar y al fin sentirse viva, aunque sabía que necesitaba estar ahí porque sus amigos la necesitaban y ella siembre estaría para ellos, pase lo que pase.
Sonrió, recordando como solía escaparse en las noches de su habitación, cruzar el campo de Ciagiorno y ir hacia la parte de los hombres, donde sus amigos siempre la esperaban con bocadillos y dulces para pasar el rato, esperando no ser descubierta en la habitación de ellos.
Amaba esos momentos y eso era algo que estaría con ella siempre, era lo único claro de los que estaba segura en esa miserable, monótona y patética vida.

Suspiro, sintiendo la fría brisa del aire darle en el rostro, algo que por pequeños momentos la hacía sentir genial, aunque seguía firme a su decisión de que si se lanzaba de la torre de Astronomía se sentiría mucho más viva que todo lo que había experimentado en esos últimos años, quizá hasta se podría sentir más viva que la sensación que tenía cada que se inyectaba cocaína.

Sacudió la cabeza luego de unos minutos decidiendo en no hacerlo después de todo, había llegado lejos y prometió llegar lejos por él, así llevándose una mano al pelo se colocó de pie y comenzó a bajar las escaleras de la torre, fumando su cigarrillo.
Realmente creía que aveces solía ser invisible y hasta cierto punto lo amaba, aunque luego reflexionaba que era demasiado invisible. No obstante, al final del día le importaba una mierda lo que pensaban de ella, había sacrificado todo por la opiniones de los demás que ya no se sentía como antes, viva, tan viva como él solía hacerla sentir.

Suspirando y sintiendo que un par de abrir y cerrar ojos se encontraba en la mesa de ravenclaw desayunando, si es que se podía decir que jugó de calabaza y una que otra fruta se consideraba un desayuno digno. Su vista se dirigía a los alumnos que entraban o salían, quizás un que otro vistazo al restó de mesas, sin embargo, estaba aburrida, deseando que las clases comenzarán aunque en un punto dejará de poner atención a ellas.

Cuándo el correo llegó alrededor de las ocho fue una sorpresa para Brooklyn que una lechuza negra y de unos penetrantes ojos verdes se posara frente a ella. No esperaba nada esa mañana, tampoco los días siguientes así que arqueando las cejas abrió el pequeño paquete que sostenían entre su picó la lechuza.

Husmeó con curiosidad el contenido de la caja, notando como una bolsa trasparente era lo primero que está en la caja, lo saco y noto unas cuantas galletas deliciosas, sonriendo un poco las dejo a un lado, volviendo a ver el restó del paquete. Había una carta y otra bolsa transparente más pequeña que al ver que era se trataba de una pulsera de piedras redondas de un azul vibrante, quizás eléctrico o otro azul que no recordaba su nombre, pero no era lo importante.

Se la colocó en su muñeca, con una pequeña sonrisa aún en su rostro, tomo la carta que segundos antes la había puesto aún lado y la leyó.

Nick la hizo, bonita, ¿no?

A mi también me hizo una, pero de un café bonito, ahora que lo pienso debería preguntarle como se llama ese color, creo que se convirtió en mi color favorito, pero lo haré luego. Así, según él, el color es por nuestro color de ojos, algo muy tonto si me lo preguntas, pero un lindo gesto, ¿verdad? Como sea, te extraño rubia tonta, es aburrido sin una cabeza hueca como tú. Te veo en las vacaciones de navidad, ojalá lleguen pronto.

Lolo dice que es tonto pero se que en el fondo ama que le de este tipo de manualidad, yo también se que amas ésto, aunque seguramente si estuvieras aquí estarías de acuerdo con el idiota de Lolo. Te extraño por cierto, no es lo mismo sin ti aquí en Ciagiorno, es tan raro no estar llevándome la contraria para hacer alguna estupidez. Espero y las vacaciones de navidad lleguen muy pronto para verte, hasta entonces te extrañare y intentaremos enviarte cartas todos los días, pero recuerdas como el señor gruñón deja muchas tareas.

Atte: Tus mejores y únicos amigos,
Lolo y Nick.

Una sonrisa grande surco su rostro, no era tan aburrido todo esto, si recordaba que los tenía a ellos. Sacó un galleta de la bolsa y el resto lo metió a su mochila, salió del gran comedor masticando con una energía creciente en ella, anotando se mentalmente que en la noche les escribiría una carta de vuelta.
Sin notar el par de ojos puestos en ella, que desde llegó no se apartaron de su brillante cabellera rubia, estando de acuerdo que debian apresurar su plan.

efímero, marauders.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora