CHAPTER FIVE

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BROOKLYN A VECES llega a sentir un vacío dentro de ella, quizás estaba podrida aunque eso era un hecho, o quizás le faltaba emoción a su vida, o quizás estaba mal, no obstante, durante toda su vida siempre lo estuvo. A pesar del vacío dentro de ella, no encontraba el porqué y como satisfacerla, llenarla, mejorarla o sentirse mejor; aunque lo supiera no era como se esforzará para mejorar aún cuando sabía que su alma y corazón lo necesitaban, sin embargo, ya estaba igual de podrida que a una vieja manzana.
Estaba tan cansada mentalmente y físicamente que nada la mejoraba, los días eran estúpidos y monótonos, al igual que las clases, sus dosis de energía ya no la llenaban de esa creciente emoción, a pesar de que estaba consciente de que debía aumentar la dosis, las noches en la torre de astronomía para fumar se volvieron pesadas, y las cartas de sus amigos ya no era recurrentes acusa de las duras clases, y todo era tan abrumador que hacían querer morirse, aunque al mismo tiempo se arrepentía.

Estirando la cabeza así tras; suspiro. Todo la tenía harta, estaba en punto bajo en ese momento, que incluso las palabras de la profesora se volvían interesantes. Volvió a su posición anterior, tallandose lo ojos con pesadez palpable en su expresión corporal, recargo su mejilla en la palma de su mano y volvió a cerrar los ojos. Sólo los abrió cuándo la profesora anunció que se podían retirar, Brooklyn sin mucha emoción guardó sus cosas y salió junto al resto de estudiantes que poseían mucho más ánimos.

Salió del aula sintiendo varias miradas siguiéndola, aunque realmente sabía el porqué prefirió evadirlo como con todos los problemas que tenían.

—— ¡Hey, linda! —— Brooklyn rodó los ojos, sabía de quien era esa irritante voz y no le agradaba para nada ——. Vamos, linda, no le pongas esa cara a tu futuro marido.

Exclamó arrastrando las palabras apropósito, porque reconocía que la rubia no le agradaba el matrimonio arreglado que los Parkinson y Blake habían anunciado entre ellos dos, quizás a él tampoco le agrada pero no decía nada porque nunca se atrevería a llevarle la contraria a sus propios padres, por más que los detestara.

—— Ignat, quieres callarte —— habló entre dientes molesta, no queria lidiar con un estupido en ese momento ——, no me agradas, y solo porque nuestros idiotas padres hayan dicho que tendremos un matrimonio luego de que acabemos hogwarts, no significa que tengas que hablarme, no por ahora. Sigue con tu vida y cuándo sea la última semana arreglaremos esto.

—— Eres realmente pesada, chica.

—— Jódete, imbecil.

Brooklyn se alejó furiosa, apretó los labios con rabia, no le agradaba el matrimonio arreglado que tendría luego de que todo acabará. Prefería mil veces ir a askaban que estar casada con alguien tan idiota y vacío; como lo era Ignat Parkinson. Soltó un suspiro frustrado, no sabía que hacer, siempre tenía un plan para salirse con la suya, sin embargo, nada rondaba en su mente.

Necesitaba romper ese matrimonio que carcomia su mente con el pasar de los días, no obstante, aún no sabía cómo hacerlo. Camino así la próxima clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, con su mente concentrada en buscar una escapatoria que la esperaba al finalizar ese año.

—— ¡Hey! —— el chico de la torre de astronomía se acercó, con una sonrisa tímida —— ¿Cómo estás? Soy el chico de la torre de astron...-

—— Se quien eres —— respondió seca, hubiera quizás apreciado su presencia en otro momento, sin embargo, en ese momento solo quería pensar.

—— Oh, entonces sabes como me llamo.

Brooklyn frunció el ceño ——. Eso no lo se, solo se que eras el chico de la torre, pero no pretendas que me interesa como te llames.

—— Mhm, claro, entiendo. No te importa que mis amigos y yo te acompañemos a Cuidado de Criaturas mágicas ¿no?, nosotros también vamos para allá —— inquirió, volteando a ver así atrás.

Brooklyn siguió su mirada observando a tres chicos ansiosos esperando cerca de un árbol. La rubia estaba apunto de decir que no, hasta que recordó que sus mejores amigos le habían exigido que sociaizará un poco; y no le importaba ser regañada por ellos, no obstante, no quería conflictos con ellos por el momento. Así que sin otra opción, dijo si, considerando que tal vez podía obtener una idea de sus absurdas conversaciones.

Los cinco caminaron incómodos, sin ninguno saber cómo romper el aire de tensión que había entre todos, aunque Brooklyn estaba más centrada en sus pensamientos; deseando que la carta de sus amigos llegara pronto, necesitaba su opinión al respecto del matrimonio arreglado que tenía.
Recordó por un fragmento como tan pronto se entero del matrimonio arreglado, se sintió vulnerable y impotente, buscando consuelo y opinión ajena a su situación, les escribo a sus amigos pidiendo una solución o como podía arruinar el arreglo, ahora simplemente esperaba la respuesta con ansias.

—— Tú eras la chica de la fiesta, ¿estoy en lo correcto? —— el azabache de lentes dijo, rompiendo el incómodo silencio y desconcertada se detuvo, girando lo a ver.

—— Yo no he salido a fiestas, chico. No es que me interesen ——. Exclamó, recordando vagamente que no había salido a fiestas en esos más de tres meses en hogwarts.

—— ¡Si, eres tú! —— dijo otro chico el cabello más largo, como a los hombros, respaldando la opinión de su amigo.

—— Ya les dije que no he salido a fiestas en estos estúpidos tres meses —— Brooklyn rodó los ojos, volviendo a caminar.

—— No, me refiero mucho antes de entrar a hogwarts —— la rubia arqueo las cejas confundida ante las palabras del de lentes ——. Tu familia organizo una fiesta, nosotros fuimos invitados... era tu cumpleaños, ¿cierto?

Brooklyn apretó la mandíbula con fuerza, molesta; resopló ——. Si, lo era, pero eso es algo tan insignificante que no vale la pena recordar, así que olvídalo.

—— ¿Por qué? Era tu cumpleaños —— confundido preguntó el chico de cabello largo.

—— La razón no es algo que te incumbe, chico. Pero si les sirve de consuelo, si hubo una fiesta —— habló finalmente, alejándose de ellos al ver como había llegado a su destino, no quería crear una discusión con ellos.

Una lechuza se posó en su hombro, asustandola por unos breves momentos. Sostenía una carta en su picó, la ansiada respuesta que Brooklyn esperaba, la retiro del picó y cuándo tenía la acción de leer su contenido, el profesor llegó pidiendo que se acercaran más para iniciar la clase.
Guardó la carta en su bolsillo y se dedico a escuchar lo que harían en la clase, sin embargo, un ansiada desesperación de leer la carta seguía en ella, aún así se dedico a escuchar.

Suspiró, su vida nunca sería tranquila o pacífica, no si seguía junto a su estúpida familia. Nunca podría pensar por sí misma o eso creía por un tiempo.

efímero, marauders.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora