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8

Los días continuaron pasando, Atsushi fue asignado a una misión diferente para hacer una investigación en Tokyo junto a Ranpo.
Akutagawa volvió a su normalidad haciendo trabajos en solitario e infiltraciones.

Sin embargo, el azabache tenía un complejo sentimiento de desprecio a volver trabajar solo. Odiaba trabajar junto a Atsushi, Pero odiaba más no trabajar con él. Los días se hacían largos y las misiones aburridas.

Un día el azabache estaba recostado en el sofá de la sala luego de una misión, su hermana llegó corriendo y le estampó el celular contra la nariz.

-- Hermano!! Mira esto!-- Le enseñó en su celular una publicación de Instagram de la cuenta de Atsushi.

-- Espera no tan cerca-- Regañó molesto por el cansancio-- ¿Ah? Espera, ¿Cómo tienes su cuenta?

-- Solo lo busqué y apareció, necesito tener a mi cuñado después de todo.

-- Oye, no.

El azabache tomó el celular para ver a lo que se refería su hermana, en él se veía una selfie de su compañero en una dulcería con Ranpo, un miembro de la agencia. Ambos riendo y posando junto a un pastel que compraron.

Frunció el ceño y dejó el celular a un lado, reposándolo en una pequeña mesa. Guardó silencio y miro a su hermana.

-- ¿Entonces?

-- ¿¡Que no viste?! ¡Te bajaron el novio!-- Exclamó volviendo a tomar su celular.

-- ¡Que no es mi novio!-- Suspira frustrado, y algo molesto-- Mejor ya vete a dormir.

-- Pucha. Encima que te ayudo.

-- A dormir dije.

La azabache se retiró a regañadientes, en cambio el mayor permaneció pensativo y cada vez se molestaba más por las cosas que se le iban ocurriendo con respecto a la imagen.

-- Ese infiel... Después de decir que yo le gusto sale a citas con otro. No es como si me importara, pero, ¿Qué se creé?-- Comenzó a balbucear y a enfurecerse de celos imaginando un contexto romántico detrás de la publicación-- Me las va a pagar.

En otro lugar...

-- ¿Era necesaria esa fotografía?-- Preguntaba un joven de blanca cabellera llevándose a la boca un trozo de pastel de fresa.

-- Totalmente, quiero que la vea-- Dice despreocupadamente su compañero comiendo del mismo pastel-- Puedo imaginar su reacción.

-- ¿De quién habla?

-- Nadie de quién debas preocuparte... O tal vez si-- Se encoje de hombros restando importancia al asunto, el otro suspira y continua comiendo.

Una semana después de lo sucedido, Gin Akutagawa, llega a casa con una sonrisa radiante y dos boletos en la mano. Sacude a su hermano por los hombros y le habla emocionada sobre un evento en Tokyo. Luego de rogar y hacer berrinche, convence al mayor de acompañarle.

Pidieron los permisos necesarios en la Port Mafia con anticipación y se dispusieron a iniciar su viaje. Un trayecto corto en realidad, tomaron el tren y llegaron al lugar.

Era un espacio abierto con decoraciones por todos lados y puestos de todas clases. Comida, juegos, disfraces, y por sobre todo, un escenario en el que posteriormente se presentaria una banda de música al finalizar el evento. Todo era emocionante, al menos para la azabache quien jugaba a todo y recorria el lugar. Pero no lo era tanto para su hermano, quien debía perseguirla para no perderla de vista entre la multitud.

Al bajar el sol se encendieron las luces nocturnas de los puestos festivos otorgando un agradable paisaje de alegría y música.
Ambos azabaches quedaron atrapados entre la multitud y el bullicio, fueron arrastrados al concierto al aire libre en una zona cerca del escenario.