03. be brave

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LOS OJOS DE THOMAS SE MOVÍAN inquietos, miraba las paredes de la enfermería mientras la mujer a su lado se encargaba de desinfectar las heridas en sus manos, la razón de su inquietud era el rubio parado a unos metros suyos; Newt estaba recargado sobre una pared cruzado de brazos mientras los observaba, aún no había cruzado palabras con él desde lo ocurrido en el patio, y la verdad, se moría por hablar con Newt.

Una llamada entrante por parte de la enfermera hizo que volviera a la realidad, la mujer miro el celular con preocupación, tal parece era una llamada de emergencia pero aún no terminaba con sus heridas.
Thomas lo noto al instante.

—Atienda puedo esperar, no sé preocupe.—Thomas le sonrió con amabilidad, un rasgo característico de él.

—Si señorita Hoffman, yo puedo terminar si no le molesta.—el rubio se acercó más a ellos sonriente.

La mujer suspiro aliviada a ambos jóvenes, prometió ser breve y volver en unos instantes dejando a ambos chicos solos.

Newt tomo las gasas y las mojo en alcohol antes de acercarse al pelinegro que estaba sentado en la camilla.

—Dame tu mano.—pidió en un tono dulce, ya costumbre de él.

Thomas obedeció sin rechistar, se quedó en silencio mientras observaba al rubio con disimulo.
Presiono sus labios ligeramente al sentir el leve ardor de su piel.

—Lo siento.

—Tranquilo, está bien—le miro embobado. ¿Ahora que debía decir? Tenía la oportunidad de hablar con él y no la estaba aprovechando.

La sonrisa que recibió por parte del rubio terminaron por entorpecer sus sentidos, se quedó callado mientras observaba al rubio limpiar sus heridas con tanta delicadeza.
Notaba la altura entre ellos, Newt era un centímetro más alto que él pero su cuerpo tenía una complexión más pequeña que la suya, su piel era casi pálida y sus cabellos brillaban como el mismo sol.

—¿Tengo algo en la cara?—el rubio sonrió de lado notando como Thomas no apartaba su mirada de encima.

—No, no, lo siento yo...-

El peli-negro trato de buscar una excusa rápidamente, casi se le trababa la lengua al hablar. Newt solto una pequeña risita casi sintiendo pena por la desesperación. Lindo pensó rápido casi avergonzado.

—Sabes...creo que lo que hiciste hoy fue muy lindo.—menciono, cambio de tema intentando quitarlo de esa vergonzosa situación.—Muy valiente.

Thomas sintió su corazón latir a un más rápido, Newt si lo había visto, y claro que no defendió a ese niño por la atención de él pero saber que Newt lo vio lo llenaba de emoción.

—¿En serio crees eso?—el rubio asintió dejando el algodón a un lado.—ni siquiera yo creía que fui valiente, jamás lo soy.

No sé consideraba a si mismo valiente, cualquier persona habría echo lo mismo y Thomas podría haber echo algo más, no era el primer niño que Gally molestaba.

—Pues yo creo que lo eres.—le afirmó el rubio sentándose a un lado suyo en la camilla, Thomas trago saliva aún dudoso de esas palabras.—No necesitas pelear como un gorila salvaje contra Gally para demostrar que lo eres, es más, eres aún más valiente e inteligente al no ceder ante Gally.

«Hola Dios, soy yo de nuevo.»

Newt no tenía bastante trato con Thomas, pero sus palabras eran sinceras y sólidas. Gally podía llegar a ser un bruto y cualquiera era un idiota al intentar pelear con él mano a mano, Newt repudiaba aquellos actos donde se molian a golpes solo por probar quien era mejor que el otro, para Newt aquellos "mejores" son quienes son prudentes ante todo y utilizan su inteligencia antes que la fuerza. Y Thomas aplicaba en ello, Thomas no era ningún tonto desde su punto de vista, que no se enfrentará a una pelea con Gally para Newt significaba bastante.

𝐒𝐏𝐈𝐃𝐄𝐑𝐁𝐎𝐘, newtmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora