2.- Me recuerdas a alguien

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Ese lunes como cada mañana la personas asistían a la misa como de costumbre vistiendo abrigos entre el plomo y gris. En el vestíbulo fueron guiados por los monaguillos hasta un salón en donde el padre se presento vistiendo una túnica verde oscuro y claro.

Un chico paso corriendo entre la gente colocándose a un lado de los otros monaguillos ganándose un regaño de sus sus compañeros.

—Es la tercera vez que llegas tarde séptimo —dijo uno de sus compañeros.

—Tuve algunos inconvenientes —señaló —lo siento onceavo.

—Todos tenemos inconvenientes séptimo, pero llegamos temprano a diferencia de ti que solo pone pretextos y más pretexto –señaló otro de sus compañeros de lentes rojo.

—No son pretextos! —gritó —tenía que darle su medicina a mi abuelo, que no entienden.

—Séptimo y Noveno pueden dejar de discutir —dijo el primero de tes medio rosa. —Estamos en misa y la atención de los feligreses esta en ustedes —les reclamó —pueden solucionar su problema al finalizar la misa ahora no es el momento y menos el lugar indicado.

Ambos dirigieron su mirada a las personas y en efecto era verdad todos les estaban viendo. El padre toseo llamando la atención de las personas y retomó la misa nuevamente y esta vez no hubo interrupción.

Al cabo de un rato séptimo estaba un poco incómodo sentía que alguien lo estaba viendo llevo su vista por sus compañeros y no eran ninguno, luego se dirigió al público vio a Bills pero de este no lo veía y luego llevó su vista al último de la fila y lo vio. Era el mismo hombre de la floreria que después se entero que era el padre de Whis, también vio a él a un costado de su padre.

No sabía por que tanto ese hombre lo miraba, esos ojos lilas sobre él le incomodaba y mucho, luego de unos momentos esa mirada parecía intensificarse y disculpándose con sus compañeros pretendía abandonar la misa pero la mano de primero no se lo permitió. La otra persona notó lo incómodo que estaba él y ya no lo miro más.

Luego séptimo ya más tranquilo sin tener esa mirada sobre él pudo quedarse, la misa transcurrió normal y al cabo de 5 horas ya había terminado.

Todos se fueron, los monaguillos se quedaron limpiando y ordenado la iglesia excepto séptimo que el padre lo llevo a otra parte.

—¿Cómo esta su abuelo Shin? —preguntó el padre.

—Esta bien padre Gowasu.

—Es una buena noticia y tú padre kibito ¿Por qué no vino a misa hoy?.

—Se quedó cuidandolo y dijo que se acercaría a usted a disculparse por faltar a la misa de hoy.

—Ya veo, puedes ir con Dios hijo nos vemos el próximo lunes.

—Así será padre.

Shin se despidió mediante una leve reverencia y luego abandonó la iglesia para ir a su puesto de floreria cuando llegó vio una cola de gente y supo que este día sería largo.

Al cabo de unos momentos pasados la floristería ya estaba sin clientes y Shin respiro aliviado pero eso no duró cuando por la puerta una persona que él conocía como el hombre que lo veía mucho había ingresado.

—Buenos días joven Shin —le dijo la otra persona.

—Buenos días —le respondió secamente —¿Qué flores va a llevar?

—Necesariamente no vine por flores —confesó.

—Entonces por qué esta aquí, en este lugar solo vendo flores si no vino por una por qué se toma la molestia de hacerlo.

La otra persona se medio sonrió.

—Puedo notar su molestia joven Shin —dijo —No era mi intensión incomodarlo en la misa. Un cliente había ingresado y Shin le atendió ignorando lo antes dicho por esa persona —Le ofrezco mis más sinceras disculpas.

—Señor Daishinkan de verdad no es necesario si es todo lo que vino a decir puede retirarse.

—Joven Shin...

—Aunque tengo curiosidad y es por qué me miraba mucho en la misa.

Daishinkan se quedo callado.

—Me recuerdas a alguien que conocía —respondió.

—Y ese alguien es...

—Debo irme esperó pronto volver a verlo joven Shin.

Daishinkan abandonó la florerísteria con una mirada perdida y melancólica y, Shin se quedó confundido preguntándose quién es ese alguien que el señor Daishinkan se refería con tanta melancolía en su semblante. Luego miro el reloj y volvió atender al nuevo cliente que había ingresado olvidando la conversación que tuvo con el señor Daishinkan y centrándose en lo que mejor sabia hacer.

Continuará...

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