Pero tu eres la vida que necesitaba en este tiempo
GeonHak me había comentado que habían peleado hace tiempo, nunca supe de eso hasta hoy, ahora comprendo el porqué de tu actitud sobre él.
Dejé de hablar contigo después del día de los juegos, borré tu número y te había bloqueado, lo suficiente para dejar de saber de ti por un tiempo, pero poco me funcionó, pues ahora te encontrabas en mi puerta, tocando el timbre desde hace unos minutos.
— Woong, no te hagas el loco y ábreme — me pasé la mano por la nuca y suspiré, pensando si era buena idea dejarte pasar o no, porque soy tan débil ante ti que no me importaría seguir viéndote amando a otra persona y eso me hacía mal.
Sin darme cuenta comencé a llorar en tus brazos, ¿en que momento pasé a esto?
Me llevaste a mi recamara y me seguiste abrazando en mi cama, tratando de consolarme, tus dedos peinaban mis cabellos alborotados y limpiabas mis lágrimas con tu mano libre. No me atreví a mirarte y al parecer eso te molestó porque me tomaste del mentón obligándome a verte, en el momento que vi tus ojos supe todo estaba perdido.
YoungJo, tus ojos son la perdición que anhelaba encontrar.
Bajaste tu rostro, tan cerca del mío que dejé de sentir todo por un momento hasta que volví a mi realidad, tus labios conectaron con los míos con un suave movimiento, sentí como tus brazos me tomaban con más fuerza quizá para que no me alejara de ti pero Jo, yo nunca quise alejarme de ti.
Acepté el beso y continué tocando tus brazos mientras una de tus manos bajaba tocando mis mulos, sabía que después de esto solo habían dos posibilidades, el alejarnos por completo o encontrarnos nuevamente.
Era hoy, era mi última oportunidad de tenerte conmigo por lo qué no me negué a lo que nuestros cuerpos quisieron y me entregué a ti esa noche, amándote permanecí contigo a pesar de que estaba confundido sobre tus sentimientos.
Pero yo si te amo y lo nuestro estaba perdido en la incertidumbre.
