Y cuanto tejes, me siento hipnotizado y orgulloso
Me dijiste que querías hacerle un regalo a tu novia y aunque me negara, sabía que me ibas a terminar convenciendo.
Querías hacerle algo a mano y maravillosa fue mi idea el enseñarte a tejer, le hiciste un gorro de lana y te ayudé en todo el proceso, aunque me doliera, no podía mostrarte más que mi apoyo amistoso y nada más.
— Terminaste — mencioné mientras veías la gorra y buscabas si tenía imperfecciones.
— Gracias — me dijistes, te acostaste en mi cama e hice lo mismo mientras veíamos el techo blanco.
No supe si fue por cansancio o qué, pero caí rendido en mi cama, desperté a media noche contigo a mi lado, viendo una película en volumen bajo.
Te diste cuenta que desperté y me pediste disculpas pero negué, en cambio yo me di cuenta que tenía el gorro que tejiste, me lo quité y te lo dí pero volviste a ponérmelo, te miré confundido.
— Tómalo — dije quitándome nuevamente el gorro pero te negaste.
— Es para ti — te miré más confundido.
— Dijiste que era para alguien especial — asentiste— es para Yuki — negaste.
Me miraste con una leve sonrisa mientras volvías a ponerme la gorra, pensé que el cansancio me hacía imaginar cosas así que no objeté más y me quedé acurrucado contigo, volví a dormir sintiendo tu mano acariciar mi espalda.