Cuando duermo en tu sofá me siento a salvo, y cuando traes las cobijas me cubro el rostro.
Al final me encontraste tirado a las afueras de un bar cercano a tu casa, gracias a dios, con mis pertenencias aún en mis bolsillos.
No estaba dormido cuando me encontraste, recuerdo cuando me cargaste en tu espalda hasta tu casa, me dejaste en el sofá, me cambiaste y trajiste cobijas. Suspiraste y te alejaste unos metros para llamarla a ella, escuché su conversación.
Le pediste perdón por terminar rápido la cita, ¿perdón a ella, Kim?
Me sentí tan mal, y lloré en silencio, me cubrí el rostro, estaba destrozado.
Luego escuché como apagabas las luces y dormías a mi lado, el sofá que tenías era un poco amplio. Dios Kim, no sabes cuánto odié dormir contigo esa vez.
Al final, pasadas las horas, me levanté de a poquito, con dolor de cabeza al menos soportable. Tenía tu pijama, odio cuando me quitas la ropa cuando yo estoy borracho, pero sé que lo hiciste para que yo no me enfermara, aunque lo dudo porque ya me dolía un poco la garganta, síntomas de tos.
Te desperté y me miraste enojado, ¿no se supone que yo debería estar enojado contigo?
— ¿Qué te pasa Hwanwoong, no sabes lo que te pudo pasar? — hablaste molesto y yo te ignoré, ¿que más daba si me pasaba algo?, estoy dañado por tu culpa.
No te miré a los ojos y me senté en el sofá, tu te paraste en frente de mí y me seguiste hablando o mejor dicho, dándome sermones.
— Te estoy hablando Yeo, te encuentro tirado a las 4 de la mañana en ese bar de mala muerte, te pudieron haber violado o golpeado — me alzaste la voz y mi paciencia se fue. Me levanté y te contesté, mirandote a los ojos.
— ¿Y tú crees que eso me hubiera pasado si no te olvidabas de mi cumpleaños?, ¡si no hubieras sido tan perro de irte con tu novia no hubiera pasado nada de eso! — grité sacando un poco de molestia.
Me miraste y no respondiste
— Me prometiste hace meses ir a ver esa película y preferiste irte con ella antes que conmigo, cuando era mi cumpleaños, no seas tan hipócrita de regañarme cuando todo esto pasó por tu culpa, porque te olvidaste de mi cumpleaños — seguí hablando, empezando a llorar, odio llorar y más si la razón eres tú.
— No es mi novia, no te metas en mi vida — fue lo único que dijiste antes de irte a tu habitación.
¿Ni una disculpa YoungJo?
No entiendo porque la niegas cuando ya es evidente que no son amigos, sé un poco duro y dime la verdad, total, mi corazón ya lo has destrozado.
Miré mi teléfono y tuve muchas llamadas tuyas, eres tan agobiante.
Me puse la ropa húmeda con la que me encontraste y me fui de tu casa, no me quería quedar a verte después, seguro volverías a gritarme por cosas que tú provocaste. Eres un egoísta, ¿por qué solo piensas en tí? Si yo nunca me he olvidado de tus cumpleaños, el tuyo queda en unos días y ya tengo tu regalo desde hace meses, eres tan desesperante y me detesto porque te sigo queriendo.
Si supieras lo que siento, ¿me tratarías igual?
