Capitulo 2

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Se concentró en el punto blanco pintado en una madera a una distancia considerable de ella, el día apenas empezaba y se mantenía despierta por una taza de café en la mañana como desayuno junto a un pan seco del día anterior. Estaba de pie encima del cesped largo y frondoso sus manos agarraban con fuerza la pistola fría y oxidada con los años de uso, suspiró e inhaló aire del paisaje lleno de árboles y vegetación muy distanciado del ajetreo de la ciudad, escuchándose a lo lejos sonidos de la naturaleza junto a pequeños y leves cantos de ruiseñores a la distancia, jaló del gatillo, la bala corrió a una velocidad impresionante saliendo disparada del objeto impactando a unos centímetros del punto objetivo.

Dejó caer el arma aún sosteniendo la empuñadura, agarró una bala de su bolsillo desgastado para volver a cargar la pistola.

—Impresionante ¿Acaso nunca fallas? —preguntó acercándose detrás de ella.

La eriza volteó casi de inmediato al ser sorprendida por una presencia ahí.

—¿No es muy temprano para que vengas? —preguntó Amy ignorando su anterior pregunta volviendo a apuntar al anterior punto en blanco, ahora con una marca de balazo.

La presencia se trataba de una gata morada, llevaba ropa abrigadora con apariencia cara y costosa junto a un gorro de lana tejido a mano, un suéter azul y unos guantes para el frío. Se acercó a ella con las manos en los bolsillos, no sin antes ver el auto estacionado a unos metros de ella.

Se trataba de un pequeño Chevrolet Aveo del 2009 azulado, pareciera ser algo antiguo, le sorprendía que siguiera teniéndola en impecables condiciones.

—Hay una fiesta la próxima semana, yo y Silver estaremos ahí —mencionó colocándose a su lado derecho mirando a la misma dirección que ella.

Amy solo escucho y siguió apuntando con el brazo extendido, entre cerrando un ojo concentrándose en su tiro.

—¿Y? ¿Acaso debo de ir? —preguntó algo indiferente por la propuesta de la morada.

—No, pero nos gustaría mucho que vinieras con nosotros. —Siguió.

Disparó la bala, está disparando a los arbustos fallando rotundamente su puntería. Suspiró con molestía, volvió a meter la mano en su bolsillo en busca de otra bala.

—Lo siento, no podré asistir, estoy muy ocupada. —Buscó en su otro bolsillo pasando la pistola a su otra mano.

—Pero, aún no te dije la fecha exacta.

"Maldición" pensó para sí misma, fallando en su intento de escapar de su invitación.

—Vamos Amy, sería bueno que por fin salgas de tu zona de confort y convivas un poco con las personas.

—¿Y si no deseo eso? Estoy bien así. —Miró a la contraría con aburrimiento, volteó bruscamente con dirección al automóvil—, Además supongo que va a ser una de esas pretensiosas fiestas.

—¿A qué te refieres con eso? —preguntó confundida.

—No quiero volver a verles la casa a esos manipuladores ricos. —Se dirigió a la parte trasera de auto buscando la llave en el bolsillo de sus pantalones.

—Amigos de tu padre estarán en la fiesta. —La siguió hasta el auto.

—Mi padre no tiene amigos de tu clase.

Aventó la pistola en la maletera molestada por las palabras de la gata.

—¿Cuantos años vas a estar escondiendote? Ya pasó tiempo desde que tú padre falleció. —Se cruzó de manos esperándola detrás de ella.

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