San piensa que está mal lo que está haciendo recién cuando se encuentra tan profundo en Wooyoung que no puede respirar. Con alcohol en sus venas, engañó a Yeosang. Sus estúpidas decisiones lo dejaron en un mar de culpabilidad en el que la corriente...
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i got a man, but i want you, i got a man, but i want you, and it's just nerves, it's just dick
makin' me think 'bout someone new
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San.
Todo comenzó con un mensaje.
Con la taza en la mano, el cabello negro despeinado y el torso desnudo, San tomó su teléfono de la encimera para ojear el mensaje grupal que Jongho le había enviado. Casi al mismo tiempo, sintió las manos frías de Yeosang deslizarse por su cintura hasta envolverlo por completo. San relajó su cuerpo ante el contacto, percatándose de inmediato de la erección mañanera de su novio.
—¿Quién es Jongho? —Preguntó Yeosang, apoyando su cabeza en el hombro de San. Estaba tan tibio y suave que San se derritió contra él.
El mensaje decía que estaba invitado a una fiesta el sábado en una dirección que San creyó era la de una fraternidad.
—Vamos a la misma clase de literatura y me pidió mis apuntes —Su voz estaba rasposa, como todas las mañanas—. Le di mi número para que me hablara si no entendía algo.
San dejó el teléfono donde estaba antes, volviendo su concentración al desayuno de gymrat que se estaba preparando. Yeosang se removió detrás de él, esa vez su erección provocó que una ola de calor le recorriera el estómago hasta bajar a su entrepierna. Con los ojos cerrados, San soltó un suspiro y dejó la taza en la encimera. Pero Yeosang seguía ahí, envuelto en él, irradiando tibieza y cariño y necesidad.
San de inmediato los dio vuelta. Una mano en la cintura y la otra tomándolo por la mandíbula fueron suficientes para mantener a Yeosang fijado contra la encimera. Sus entrepiernas se juntaron y San soltó un suspiro contra los labios de Yeosang.
—¿Qué quieres? Ya estoy bastante atrasado.
Yeosang soltó un pequeño sonido alegre cuando San le dio un beso rápido en los labios, frotándose un poco contra él.
A Yeosang le gustaba cuando San era cariñosamente bruto, en todos los escenarios menos en el sexo... y eso era una pena. A San le encantaría poder dominarlo y maltratarlo y dejarlo hecho un desastre. Bueno, la mayoría de las veces lo dejaba hecho un desastre, solo que no de la misma forma sucia y cruel que se imaginaba en su cabeza. Era de verdad una pena que a Yeosang solo le gustaran las palabras bonitas y hacer el amor despacio. Muy pocas veces se volvía salvaje de la forma en que a San más deseaba.
San ama a Yeosang, todas sus partes y sus formas de ser, pero lo ama incluso más cuando se vuelve más violento, más ruidoso y más real. No solo en el ámbito sexual, sino en la vida misma, porque a veces Yeosang se dejaba llevar por la vileza de otros, y es un alma tan pura y buena que lo lastiman muy seguido. Y San odia verlo lastimado, así que por su puesto que a veces se le cruza por la cabeza que Yeosang debería ser más ruidoso y demandante con lo que merece.
