NOAH
Al dejar a Hanna, saqué mis llaves y abrí la puerta de mi casa. Subí las escaleras sin esperar algún comentario de mis padres, como era habitual. Al entrar a mi cuarto comencé a abrir mis cajones y a sacar ropa para meterla a mi única mochila, pues no tenía maletas. Guardé lo primordial y lo que sabía que necesitaría para el viaje que tendríamos dentro de unas cuantas horas.
En otra mochila metí unos cómics, una cámara de fotos y el regalo que le había comprado a Hanna por su cumpleaños, el cual sería dentro de una semana, exactamente el 22/11. Cuando terminé de meter lo demás, vi la hora, la cual indicaba que quedaban 3 horas para el viaje. Estaba casi listo cuando un ruido estruendoso interrumpió en mi cuarto.
—¿¡Donde crees que vas!?—Gritó mi padre mientras entraba furioso a mi habitación—No te he dado permiso para salir a otro país. Ya me informó Susana.
Te necesito aquí tiempo completo y lo sabes bien, ¿Que haré cuando necesite dinero? ¡¿EH?, NOAH?!—No empieces con esto papá..., no puedes seguir dependiendo de mi cuando se te acabe tu puta droga para que yo te preste dinero, ni tampoco cuando te emborrachabas tanto que tuve que ocultar a mi hermana y a mi madre de tus asquerosas manos. Estoy feliz de que al menos ellas hayan podido alejarse de ti, y ahora que tengo la oportunidad haré exactamente lo mismo.
—Esas dos se fueron de casa porque no podían más contigo, siempre fuiste la decepción de nuestra familia y nos estábamos yendo a quiebra también, así que las dos perras buscaron la opción más factible, Irse.
Mis puños se cerraron con fuerza cuando escuché todo lo que mi padre decía de mi, mi madre y hermana menor. Dejé el instituto cuando las cosas en casa se pusieron difíciles y siempre me sacaron en cara que solo fue una excusa, sin embargo ya me había quedado sin mentiras cada día en las clases, cuando me preguntaban por qué tenía moretones nuevos en mi rostro.
Mi padre siempre había tenido problemas con el alcohol y las drogas, me había utilizado a mi como fuente de dinero, ya que al haber dejado de estudiar había empezado a trabajar los fines de semana en un bar cerca de casa para pagar las deudas que él debía por culpa de su maldita adicción.
—Y además ¿piensas que te harás cargo de la mocosa de los Grey?, eres patético. No vas a salir del país y menos con esa maldita p...
No tuvo tiempo de hablar, en cuanto mis manos agarraron el borde de su camiseta y lo estampé tan rápido contra la pared dejó sus palabras al aire.
—Ni se te ocurra pronunciar el nombre de ella, porque te juro que parto con mis propias manos esa asquerosa boca que tienes.—Le advertí.
Él alzó ambas manos en señal de paz, la cual nunca llegó, pues cuando me alejé, tomó fuerzas necesarias para darme un golpe seco en la mejilla con su puño. Caí al suelo aturdido sin tener tiempo de reaccionar, un dolor punzante llegó en mi cara y luego otro a mis costillas, me había dado una patada en el estómago. Tosí intentando recuperar la respiración y compostura, pero sentía un ardor tan intenso que no me permitía ni siquiera maldecir su nombre.
—Y no te preocupes por la chica, ya está al tanto de tu "arrepentimiento" con respecto al viaje.
Cerró la puerta con fuerza y sentí como la trababa con algo, no me imaginé que al
levantarme me daría cuenta que no podía abrirla, ni mucho menos caería en cuenta que me había encerrado. Mi celular estaba en el piso y al momento de levantarlo noté como varios vidrios caían de mis manos. Se me había roto mi única fuente de comunicación.Maldije tantas veces mientras le daba golpe a la puerta para abrirla, pero lo único que conseguí fue joderme los puños de tantas veces que intenté romper la madera. Miré por la ventana y apoyé mi cabeza contra la rejilla que tenía de protección.
• • •
Llevaba la mitad de la rejilla cortada, gracias al corta uñas que había encontrado en uno de mis cajones, aunque este ya estaba por romperse, no me detuve. Me cabía la cabeza si la sacaba con cuidado, necesitaba cortar un poco más para que pudiese salir por completo. Mi ventana daba con la parte trasera de la casa de los Grey, por lo que no sabía si Hanna ya se había ido o simplemente se había quedado llorando en casa por culpa mi padre, quien le hizo creer que me había arrepentido del viaje. Con fuerza abrí los dos extremos de la rejilla y en cuanto iba a intentar salir escuché la escalera de abajo. Era él.
—Mierda—Susurré. Pasé rápidamente una de mis piernas por ahí provocando ciertos cortes por las puntas que quedaban expuestas. Luego agaché la cabeza, pero olvidé algo y cogí rápido de la mochila una cajita la cual metí al bolsillo de mi pantalón, luego la misma mochila la pasé por las rejillas y la tiré hacía el piso, repetí la forma en que sacaba la pierna, la cabeza y por último pasé el torso completo hacía afuera.
—¡Argh!.—Me vi los cortes y aunque estos sangraban, no me detuve. Caminé por el techo hasta llegar al borde de este, donde tomé aire y me impulsé para saltar al techo de Susana, el cual era más cercano al piso. Me acerqué a la ventana de Hanna y noté que tomó la primera opción que había pensado, se había ido. Rápidamente salté al piso y en cuanto iba a tocar la puerta, salió Susana.
—¡Noah!, muchacho que te ha pasado...—Dijo con un tono de preocupación.
—Fue mi padre. ¿Hace cuanto salió Hanna?, necesito ir a por ella.
—Toma la moto de mi esposo. Y hace 20 minutos que salió ella, ¡date prisa!
Agarré la moto y antes de andar le sonreí a Susana, quien me devolvió la sonrisa con los ojos cristalizados. Ella sabía lo de mi padre, sin embargo no podía hacer nada, nadie podía.
Avancé a toda velocidad hacía el aeropuerto y allí, noté la hora. Me bajé de la moto en cuanto llegué y en el aeropuerto grité su nombre repetidas veces "¡Hanna!", "¡Hanna!. Miré los horarios de los vuelos y maldije al ver que su vuelo estaba por salir, pensaba en correr hacía la entrada del avión, pero un guardia me detuvo al darse cuenta de mis pintas.—Perderé el vuelo...—Pensé.—
ESTÁS LEYENDO
Al final de todo, iría a por ti
RomansHanna Grey ha soñado toda su vida con modelar en una de las agencias de moda más grandes de París. Aunque sufre de pánico escénico, le encanta la idea de convertirse en una de las modelos que tanto admiraba y las cuales veía en las revistas que cole...