Vacaciones de Navidad

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Chiara y Violeta se mueven entre las notas como dos planetas en órbita, atraídos por una fuerza invisible que las une a un destino común. Asisten al mismo curso de música en Barcelona, dos almas diferentes unidas por la pasión por la melodía y un entendimiento que trasciende las palabras. Sus miradas se cruzan a escondidas durante una prueba a la otra, cargadas de una tensión que solo ellas pueden descifrar.

...

Aprieto las sábanas con fuerza y me dejo llevar por ese torbellino de emociones que solo ella es capaz de hacerme sentir.
Los besos en mi entrepierna, sus manos en mis caderas mientras ella devora cada rincón de mi punto débil, sus ojos fijos en mí.

- ¿Por qué me miras así? - me pregunta Chiara apoyando la cara en mi muslo mientras yo trato de recuperarme del enésimo orgasmo de la noche.

- Hoy te has superado - le respondo con dificultad para respirar mientras le aparto un mechón de pelo de la cara. 

Ella comienza a reír mientras se acuesta de nuevo a mi lado y nos cubre a ambas con las sábanas blancas de mi cama.

- Quítate esa sonrisa de satisfacción de la cara - le digo sonriendo.

- Guapa, estoy segura de que soy la única que te hizo correrte tres veces en una misma noche, ¿o me equivoco? - me susurra al oído y luego me lo lame. La alejo un poco mientras ella empieza a reírse de nuevo.

- Te odio, ¿sabes? - le digo, sólo para molestarla

- En realidad tú tampoco me caes bien, si no follaras tan bien.

- ¡Oye! A veces te hago reír - respondo fingiendo estar ofendida.

- Sí, pero la mayoría de las veces me haces correrme - mis mejillas se ponen rojas y me cubro la cara.

- ¿Ahora te da vergüenza? - después de esa pregunta, empieza a hacerme cosquillas haciéndome reír, sin siquiera poder hablar.

- Chiara... ¡Para, por favor! - después de no sé cuánto tiempo se detiene y apoya la cabeza sobre mi barriga mientras acaricio su cara.

Me gustan estos momentos entre nosotras después del sexo, aunque no sé qué tan normales son realmente entre dos personas que deberían mantener una relación exclusivamente sexual entre ellas.

A veces me detengo a pensar y me pregunto si Chiara mira a las otras chicas con las que se acuesta como me mira a mí, si las toca como me toca a mí y las besa como me besa a mí.

Siento que tenemos una extraña conexión entre nosotras, no sé explicarla bien, pero puedo explicar exactamente la sensación de vértigo que siento cada vez que Chiara me mira a los ojos o me toca.

Y no sé si eso es normal.

- ¿En qué piensas? - me pregunta para que deje de pensar.

- Nada, ¿qué vas a hacer durante las vacaciones de Navidad? - le pregunto para llenar el silencio que se había formado.

- Creo que me quedaré aquí, mis padres se van a Italia y mi hermana está en casa de la familia de su novio.

- Pero como vas a estar aquí, Chiara, no puedes estar sola en Navidad. Es una fiesta hecha para estar en familia, para comer y divertirse, no para estar solos haciendo nada.

- Lo sé, pero como ya te dije mis padres no están aquí y no tengo ninguna intención de pasar la Navidad con la familia del novio de mi hermana, y luego quiero seguir adelante con el trabajo para la sesión de enero - giro su cara hacia mí y la miro a los ojos.

- No puedes pasar Navidad sola, pídele a tu hermana que vaya con ella.

- Ni de coña, y ahora diría que podemos dejar de hablar de cómo planeo pasar las vacaciones... - se levanta de la cama, toma de mi cajón un vibrador y luego se tumba de nuevo entre mis piernas.

KIVI | ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora