KIVI | ONESHOTS

¿Tienes miedo de quemarte?

La vida de Violeta transcurría sin complicaciones particulares, entre el ritmo marcado por su trabajo como bibliotecaria, la compañía de sus hermosos amigos y la acogedora rutina de su pequeño apartamento. Todo parecía perfecto, excepto por un pequeño detalle: el amor.

En el terreno amoroso, Violeta era un auténtico desastre. Su timidez natural la convertía en una espectadora de sus propias emociones, incapaz de dar el primer paso o expresar abiertamente sus sentimientos. El fantasma de su última relación, una herida aún fresca, la aterraba, impidiéndole entregarse de nuevo al amor con la pasión que anhelaba.

A pesar de sus miedos, un anhelo secreto florecía en su corazón. Violeta soñaba con poder soltarse, quería tener nuevas experiencias, probar cosas nuevas. El amor no era su prioridad en este momento, solo buscaba a alguien que la ayudara a sacar todas las cosas buenas que tenía dentro. Sin embargo, el miedo la frenaba, impidiéndole tomar las riendas de su destino sentimental.

- Vio, ¿estás bien? - preguntó Denna al ver a su amiga perdida en sus pensamientos.

- Sí, claro, estaba pensando - respondió Violeta insegura.

- Entonces amiga, ¿qué es esa cara deprimida? - continuó Denna.

- No, no estoy deprimida. Solo... aburrida. Desde que rompí con Cris no he hecho nada más que trabajar y ver series en casa.

- ¡Pues ya está! Necesitas salir y conocer gente nueva - dijo Naiara con su entusiasmo habitual.

- ¡Ya sabes lo que te digo yo siempre! Apúntate a un club de lectura, a un curso de cocina... ¡Hay mil cosas por hacer! - fue Juanjo ahora quien entró en la conversación, animando a su amiga.

- Lo sé, lo sé. Pero es que no tengo ganas de nada.

- Mira, Violeta. Tú siempre has dicho que quieres experimentar cosas nuevas, ¿verdad? Pues aquí tienes la oportunidad perfecta - habló la rubia.

- ¿A qué te refieres?

- Es posible que te hemos concertado una cita a ciegas... con una chica - dijo la mayor rápidamente.

- ¡¿Qué?! ¡No me habéis preguntado! - Violeta se atragantó con su café.

- Tranquila, Vio. Es solo una cita. No tienes que ir si no quieres - dijo Juanjo entendiendo su malestar.

- Pero por favor, Violeta. ¿Cuándo fue la última vez que saliste con alguien? - volvió a hablar Denna.

- No lo sé... hace mucho.

- ¡Pues ya ves! Esta es la ocasión perfecta para conocer a alguien nuevo. Y quién sabe, ¡lo mismo te lo pasas genial! - de nuevo Naiara entusiasmada.

- No sé... estoy nerviosa.

- No tengas miedo de quemarte. La chica es una conocida de Martin, me dijo que seguramente te caerá bien.

- Además, si no te gusta, siempre puedes irte.

- O simplemente te la puedes follar, así puedes experimentar todo lo que quieras - dijo Naiara riendo.

- No Nai, no empieces con estas cosas que me pongo nerviosa - Violeta se quejó, ahora resignada

- Vaaale, si te gusta... pues ya tienes una nueva amiga. ¿Mejor?

- Está bien. Vale, acepto - suspiró finalmente Violeta.

- ¡Genial! Sabía que lo conseguiríamos - dijo Denna abrazando a su amiga.

Violeta se miraba en el espejo, repasando cada detalle de su atuendo con una minuciosidad casi obsesiva. Sus manos temblaban ligeramente mientras se ajustaba el corsé blanco, intentando que encajara a la perfección en su cintura. Su corazón latía con fuerza en su pecho, como un tambor desbocado, anunciando la tormenta de nervios que se arremolinaba en su interior. Era la primera vez que salía con una chica, y la incertidumbre ante lo desconocido la llenaba de una mezcla de emoción y aprensión.