Little secrets

Piloto

Kirishima tenía esa extraña sensación, de que algo estaba ocurriendo frente a sus ojos y no lograba saber que era. Lo único que sí notaba era que su mejor amigo parecía estar de mejor humor últimamente, es decir, seguía insultando y demás. Pero estaba más tranquilo, a su manera... y eso era realmente extraño.

Pero no era el único, porque Kaminari también estaba muy raro. Su amigo era despistado de por sí, pero ahora parecía estar aún más distraído, como si su cabeza estuviera maquinando algo que lo mantenía desconectado de la realidad.

Y el estaba cansado y preocupado por eso.

— Oye, ¿No los notas distintos? — le cuestiono al azabache, estaban en la sala de estar jugando videojuegos.

— Si te soy honesto, si.... — estaban hablando bajo para que no les escucharan.

— ¿Crees que no nos estén contando algo? — cuestionó, eran amigos hace tiempo y dudaba que no les tuvieran confianza para decirles si algo ocurría, o ese quería creer.

— Quizás... no lo sé— se encogió de hombros, miró a sus amigos, ambos estaban concentrados en su partida.

Pero el sonido de la puerta rompió su concentración, ambos enseguida dirigieron su mirada hacía esta, algo que ellos también hicieron, viendo a Ochako y Hitoshi entrar en la recidencia. Hoy les había tocado ir a hacer los mandados, aunque Shinsou fue porque quiso.

Eso era un poco raro, pues Hitoshi - aparentemente- solo lograba congeniar con Uraraka, Denki y Bakugou, para sorpresa de todos.

— Denki, te traje lo que me pediste — indicó la castaña con una sonrisa.

— ¿Necesitan ayuda? — cuestionó el rojizo.

— No tranquilo, signa en lo suyo — respondió mientras seguía a su compañero hasta la cocina.

Sero y Eijiro se miraron, por alguna razón sentían que estaban de sobra en esa sala.  Y fue peor cuando la joven volvió con dos bowls, uno con papas fritas normales y otro con papas fritas picantes. Luego les acercó las bebidas que Kaminari le había pedido y volvió a la cocina.

Pero ambos notaron un indicio de sonrisa en Bakugou.

— Chicos, les toca — indicó el rubio, ya había perdido en el juego. Ahora les tocaba a ellos ver quién sería el que jugaría con Bakugou luego.

— Chicos, recuerden que a las seis vendrán los demás a ver unas películas — recordó la castaña.

— Tranquila, para esa hora ya abremos terminado y dictado un ganador — indicó el azabache.

— Ya que están, ¿Quién creen que vaya a ser el vencedor? — cuestionó el pelirrojo con una sonrisa.

— Seguramente tú le ganes a Sero, luego no sabría decir — el mayor hablo por primera vez, provocando una gran sonrisa en el pelirrojo.

— Uraraka, ¿Verdad que le ganaré yo? — cuestionó el azabache en busca apoyo.

— Si te lo propones si! — habló entre risas, siempre le daba gracia esas pequeñas discusiones.

— Déjense de joder y jueguen de una puta vez — el cenizo ya se había acostado en el sofá junto a Denki, cada uno con su respectivo bowl de papás.

— Que gruñón — bromeó la joven, algo que sorprendió a los dos que estaban jugando. ¿Desde cuando Ochako Uraraka bromeaba con el señor chispitas?.

— Cállate maldita cara redonda — bramo y la joven simplemente le mostró la lengua.

— Ya no empiecen — pidió el joven de cabellos violáceos — mejor veámonos, te ayudaré con la tarea — comentó mientras se iban.

Los jugadores miraron a los chicos irse, notando cómo sus amigos les miraban disimuladamente. Se miraron entre sí y ambos supieron que debían hacer, descubrir que carajos estaban ocultándoles.