📖 Scales | TaeKook (Adaptación) ࿐*:･ﾟ

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El sonido estridente y agudo de un ave trajo a Taehyung de vuelta a la conciencia. Se despertó súbitamente, abriendo sus ojos y levantándose de un tirón. Un gemido de dolor se le escapó al incorporarse, sintiendo en su espalda baja una contractura que prometía dolerle por un rato más. Le tomó un par de segundos ubicarse y entender, pero rápidamente recordó dónde estaba y qué había sucedido.

El suelo de la cueva, durísimo y frío, había sido un lecho cruel y ahora sus huesos se lo recriminaban, crujiendo ante cada simple movimiento, como si solo ese par de horas que durmió hubiera bastado para hacerlos sentir engarrotados y adoloridos. Miró hacia arriba, notando como la luz del día, clara y brillante, se colaba a través del agujero en el techo de la caverna, permitiéndole ver mejor a su alrededor. Aún estaba en aquel lugar donde Jung Kook lo había llevado, rodeado de las cosas que le habían pertenecido a Russel. Ahora era más fácil ver los detalles alrededor, y, a pesar de su cansancio, la curiosidad lo superó, haciéndolo ponerse de pie para revisar mejor.

De nuevo se fijó en los abundantes dibujos y una vez más quiso saber por qué, en algunos, los trazos de Russel parecían más descontrolados y furiosos, como si hubiera algo que le enojara. Siguió registrando, notando que, dentro de algunas latas viejas de galletas, Russel guardaba escamas de Jung Kook. Después de tanto tiempo, ahora parecían apenas láminas tranparentes surcadas por delgadas líneas estructurales. Eran frágiles y suaves, muy distintas a las escamas frescas que Taehyung había visto y tocado antes. Después de examinarlas con cuidado, dejó eso a un lado, y siguió su exploración. Tenía que admitir que le daba miedo encontrar algo raro, pero saber que se trataba de objetos con casi cien años de antigüedad hacía que todo recelo se viera olvidado mientras investigaba minuciosamente todo lo que encontraba. La mayoría de las cosas parecían ser utensilios que Russel había modificado a partir de latas y piezas viejas. Algunas cosas parecían más recientes que otras, llevando a Taehyung a preguntarse si antes de Russel, otros exploradores habían dejado sus pertenencias atrás y, justo como estaba haciendo él, aquel explorador había revisado todo, buscando su historia y su utilidad.

Hubo algo que llamó su atención al mirar hacia una esquina. Colgando de la pared, había lo que parecían varias trenzas de cabello. Taehyung tuvo que acercarse y tocar, constatando que, en efecto, se trataba de cabello humano cortado y, a juzgar por el color claro ya opacado por el tiempo y las condiciones, se trataba del cabello de Jung Kook. ¿Por qué Russel tendría esa aparente obsesión por coleccionar partes del cuerpo de Jung Kook? Sus escamas, ahora su cabello... probablemente decenas de dibujos...

Entendía la curiosidad científica, pero aquello no era una simple toma de muestras, se trataba más bien de algo que rozaba lo enfermizo. Era como si, obsesivamente, quisiera tener partes de Jung Kook. Se notaba el recelo y el cuidado con el que había guardado cada cosa, como si no quisiera desperdiciar nada y no pudo evitar pensar que, probablemente, Russel hubiera enloquecido en aquella cueva.

Apresurado, volvió sobre sus pasos, rebuscando las entradas del diario en el escritorio. Trató de encontrar las más radias, descubriendo algunas entre los dibujos. Trozos desiguales de papel que contenían aquel texto borroso y difícil. Taehyung se esforzó una vez más por leer y pudo notar que, ya en esas entradas, la elocuencia y lucidez de Russel parecían haber disminuido considerablemente.

"...Jung Kook tiene mente humana. Mente y emociones que... ha aprendido tanto, tan rápido. Como si antes fuera apenas un niño que solo sabía hablar en un idioma antiguo y extraño. Solo sabía de las estrellas que veía... murciélagos y piedras. Ahora sabe tanto. Como si me absorbiera en cada palabra y gesto... y se ve tan feliz... tan feliz... no puedo imaginar la tortura que debe haber sido vivir aquí, con una mente humana, durante cientos y cientos de años"

Lo que seguía estaba ininteligible debido a las manchas de humedad, así que buscó más, hojeando atentamente entre los trozos de papel, separando los comentarios hasta dar con otras hojas de diario.