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Abrir los ojos nunca se había sentido tan extraño y doloroso. Para Taehyung, caer de vuelta en la consciencia, en la crudeza de la realidad, se sintió como ser atropellado por un camión. Quizás fue el dolor lo que lo despertó, o el hambre. Tal vez fue simplemente su cerebro negándose a seguir descansando, como si se aferrara a una vida que, en esos momentos, no auguraba nada por lo que valiera la pena despertar.

Al final, lo que importaba era que había despertado. Todo se veía aun borroso, pero rápidamente cayó en cuenta de donde estaba. Los hospitales son fáciles de distinguir, el techo blanco, el olor, el rítmico "bip, bip" de las máquinas junto a la cama. Eran un panorama que, no por ajeno, le resultaba desconocido.

Dejó salir un quejido ante la luz que, intensamente, se afanaba en profanar la pereza de sus ojos. Removerse un poco, en cambio, se sintió liberador. Todo su cuerpo pareció disfrutar la sensación de finalmente volver a mover sus músculos, inertes por sabrá Dios cuánto tiempo. No fue hasta que quiso mover sus piernas que un dolor punzante subió desde allí a lo largo de su muslo hasta asentarse en su cadera y tomar por sorpresa a todo su ser.

—¡Mierda! —gimió, levantándose instintivamente para tocar su pierna, buscando aliviar de alguna manera aquel dolor. Al hacerlo, sintió cómo todo lo que tenía conectado a sus brazos se removía y entendió que, tal vez, estaba un poco más jodido de lo que pensaba.

Apoyó su mano sobre su pierna, notando el vendaje que lo cubría hasta el muslo. El dolor ahora seguía subiendo por ahí, sordo pero insistente y, tras unos segundos de solo estar sentado, con el torso encorvado como si el peso de sus hombros fuera demasiado, Taehyung empezó a recordar lo que había sucedido.

—Mierda... —dijo de nuevo, más bajo, como si fuera un susurro para sí mismo. No estaba del todo seguro de que sus recuerdos fueran parte de la realidad vivida por él o de algún sueño febril de los muchos que había tenido. Sin embargo, esa pierna adolorida y juiciosamente vendada, le indicaba que, al menos, lo que había sucedido en la cueva había sido real.

Jung Kook había sido real.

—¡Hey..! —La voz nerviosa de Jimin lo hizo alzar la vista y, para cuando logró pestañear, ya tenía al mayor abrazándolo fuertemente, casi tirado encima de él con su menudo cuerpo— Dios, pensé que nunca ibas a despertar... —Sonaba casi a sollozos, a miedo y Taehyung empezó a preguntarse realmente cuán grave había sido su estado para que el siempre compuesto Jimin estuviera ahora llorando contra su pecho, comprimiéndole como si quisiera sacarle el aliento.

—Hyung... —gimió— aire...

—Ah... sí —Jimin lo soltó rápidamente, tomando una breve distancia, luciendo apenado. Le dedicó una mirada húmeda y ojerosa, aun luciendo incrédulo—. Lo siento... llamaré a los médicos para...

—No... espera... —Taehyung tomó su mano, deteniéndolo— ¿Qué me pasó? Digo... ¿Cómo llegue aquí? ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

Jimin apretó sus labios, dejando salir un suspiro a la vez que se acercaba nuevamente a la cama, mirando todos esos sueros como si fuera algo en lo que ya estaba acostumbrado a perderse.

—Has estado inconsciente durante unas tres semanas... casi cuatro. Te rescatamos en la boca del sumidero luego de que pasaras más de una semana sin dar señales... tu pierna... Dios, Taehyung, ¿qué demonios le hiciste a tu pierna? —Jimin sonó ligeramente enojado y fue fácil para Taehyung entender lo difícil que debía haber sido para el mayor cuidar de él durante tanto tiempo, con la incertidumbre de no verlo despertar.

—Fue... —su garganta se sentía arder al intentar hablar— Un accidente.

—Creo que deberías hablar con el médico cuanto antes —Jimin se apartó de nuevo, dispuesto a salir de la habitación—. Tu pierna no está bien.

📖 Scales | TaeKook (Adaptación) ࿐*:・゚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora