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Con cautela, Taehyung retrocedió, arrastrándose hacia su mochila. El chico -aunque aún no estaba seguro de que fuera correcto llamarlo así-, lo miraba con interés a pesar del obvio miedo en sus ojos. A ciegas, Taehyung tanteó en búsqueda del pequeño pico que usaba para tomar muestras de piedras, atento a los suaves movimientos de aquella criatura.

Temerosamente, el chico se arrastró de vuelta al agua sin quitarle el ojo de encima. Taehyung vio cómo, en ese momento, todos sus conocimientos de biología, paleontología y antropología temblaban, derrumbándose ante la visión de aquel ser. Mítico sería un adjetivo adecuado para él. Taehyung no podía distinguir claramente, pero sabía que en lugar de sus piernas había algo que parecía una cola y esas escamas que aun sostenía celosamente en su mano tenían el mismo resplandor que la piel de la parte baja del cuerpo de aquel chico.

—¡No te acerques! —gritó, cada vez más temeroso ante la cercanía de aquella criatura. Lo vio atravesar el lago a nado y asomarse en la orilla más cercana, alzándose con sus brazos para verle por encima del agua. Taehyung no tenía forma de saber si entendía su idioma, o si tan siquiera tenía el nivel cognitivo necesario para hacerlo. De hecho, por no saber, ni siquiera sabía si aquello era real o una broma de mal gusto. Su mirada se perdió en aquellos brazos fornidos y en el torso bien formado, de relieves definidos y brillantes músculos debido a lo mojado de su piel. Era esa parte de su cuerpo perfectamente humana. Exceptuando lo que parecían ser algunas escamas aisladas en sus antebrazos y a nivel de su abdomen, su piel se veía suave y tersa, casi adorable en una virginal palidez. Su mirada era ahora, curiosa y limpia. Miraba a Taehyung con genuino interés y aquellos grandes ojos lucían casi felices de verlo, aun si todavía sus labios no se movían para decir nada. Su cabello estaba recortado con el más absoluto descuido, como si solo se esforzara por mantenerlo de una longitud que no le molestara, cayendo apenas sobre sus cejas por el frente y desordenado sobre sus hombros. El color rosáceo de sus hebras lucía casi angelical, pero Taehyung sabía que no debía confiarse. Ya fuera algún idiota disfrazado o una perdida abominación evolutiva, la precaución era necesaria.

Le apuntó con el martillo, pegándose más a la pared de la cueva, apretujando su mochila contra esta. Esa herramienta picaba piedras, bien usada, constituía una excelente defensa y Taehyung estaba plenamente consciente de eso.

—¿Qué eres?

La pregunta hizo un breve eco, interrumpiendo el calmado murmullo del agua que, hasta ese momento, era lo único que rompía el absoluto silencio. La criatura, aparentemente ignorante, se acercó más, usando sus brazos para arrastrarse fuera y, por vez primera, Taehyung tuvo una visión clara del resto de su cuerpo.

Y casi parecía una broma de mal gusto. Un sueño. Un delirio febril. Tal vez se había caído del borde del sumidero y ahora estaba viviendo las fantasías de un trauma craneoencefálico. Cualquiera de esos casos sería más racional que lo que estaba viendo frente a sus ojos.

Desde sus caderas, su piel avanzaba y se transformaba en escamas, dejando el límite algo difuso en la zona de su pelvis, difícil de discernir. Las escamas tenían un color dorado que resplandecía con tonos rosáceos, brillando cada vez que la luz del sol caía sobre su cuerpo húmedo. Se extendía así, formando una cola larga, de casi dos metros, tal vez más, que desembocaban en una aleta caudal la cual aún no podía distinguir del todo bien. Aun así, estaba seguro de que aquello no tenía forma de ser, no había eslabón evolutivo que pudiera dar paso a una criatura así. No había experimento loco ni fuerza sobrenatural capaz de engendrar tal cosa. Debía tratarse, sin dudas, de un invento de su mente delirante.

—Jeon... Jung Kook... —la criatura habló por primera vez, poniendo una mano sobre su pecho con algo de esfuerzo, incapaz de mantenerse en una posición erguida fuera del agua. La mano de Taehyung que enarbolaba el pico tembló al oír su voz. Había un tono rasposo pero suave en ella, como si no hubiera usado sus cuerdas vocales en mucho tiempo. Aun así, era una voz seductora, una que hizo a Taehyung bajar suavemente su brazo, curioso y deseoso por oír más.

📖 Scales | TaeKook (Adaptación) ࿐*:・゚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora