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"unexpected visitor"

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"unexpected visitor"


Rosalie tenía la mente en blanco por primera vez al sujetar la pluma, el obsequio de Benedict daba vueltas y vueltas en su mano pero nada más que eso, no había escrito ninguna palabra, había estado pensando todo el día anterior y la mañana siguiente desde que se habían visto bajo el tejo. ¿Qué podría escribir acerca de ella? No se sentía interesante, ¿Y si a Benedict le aburria?, sería la mayor de las humillaciones. 

—¿Qué haces? —Margot preguntó despues de un rato de estar observandola bajo la luz del sol, habían decidido tomar el té temprano en la mañana en el jardín de su hogar, había un buen clima para disfrutar y Rosalie creía que así quizás podría inspirarse— ¿Escribes algo? 

—Es lo que intento, pero hoy tengo cero inspiración  —No se esforzó ni un poco en ocultar el papel vacio a su hermana, despues de todo ella no sabría de que trataba. Margot la miró pensativa, buscando una idea con la cual pudiera ayudar a su hermana pero nada llegó a su mente, por lo que rapidamente se rindió y volvió a caer en su respaldo.

Su mente divagaba en las posibles cosas que podía redactar para que Benedict la conociera un poco más, no hacía falta que fuera algo muy profundo, el mismo lo habia dicho. Poco a Poco.  

Sus pensamientos fueron interrumpidos por aquella silueta que vió cruzar por el interior de su casa, saliendo directamente del despacho de su padre, a través de los ventanales podía reconocer perfectamente la cara sonriente de Lord Williams. Rosalie no tenía idea de que había una visita —¿Sabías que Lord Williams estaba en casa? 

Margot volteó a ver, siguiendo la mirada de su hermana siendo golpeada por los nervios, volteó a su hermana encogiendose de hombros lo mejor que pudo e intentó esconderse detrás de su taza de té.

—Hoy no es día de visitas y papá lo ha recibido en su despacho, ¿De qué habrán hablado? —Rosalie fruncia el ceño ante la duda, casi olvidandose de lo que estaba haciendo—Si me disculpas, hermana —Se levantó bajo la atenta mirada de Margot quien tomó su mano en cuanto pudo.

—¿A donde vas? —Ni siquiera esperó una respuesta, era obvio que Rosalie quería resolver sus muchas dudas— Ha de ser asunto de negocios en lo que no debemos inmiscuirnos

—Solo preguntaré, si no desea que lo sepa, entenderé —Rosalie se soltó de su agarre y se dispuso a caminar directamente a la puerta de su padre—Además no pierdo nada con intentarlo —Tocó suavemente. 

—¡Adelante! —La voz dura de su padre resonó del otro lado de la pesada puerta, Rosalie abrió cautelosamente y entró mientras Margot se quedaba afuera, rogando con la mirada que declinara ante cualquier idea que se cruzara por la mente de la pelinegra— ¿Qué necesitas, Rosalie? 

—Padre —Rosalie tragó saliva dispuesta a seguir, desviando su mirada de su hermana y ahora mirando a su padre— He visto a Lord Williams salir de tu despacho —al conde no le gustaba que sus hijas fisgonearan en sus asuntos— Me preguntaba si ocurría algo que deba saber —Se atrevió a comentar, bajo la fría mirada del mayor. 

—Margot —Llamó sin despegar la mirada de su segunda hija, la mencionada entró al despacho cerrando la puerta detrás de ella, Rosalie no entendía la expresión en su rostro— Tu hermana es lo suficientemente madura para saberlo ¿Correcto? —Y Rosalie apenas en ese momento empezaba a entender la actitud extraña de su hermana. 

—Si me permites intervenir, Padre...

El conde no la escuchó, optando por dejar de lado a su primogenita quien se sintió humillada, Gerard iba a encargarse el mismo—Estás en el mercado del matrimonio, Rosalie, ¿Qué crees que vino a hablar Lord Williams? —Sin necesidad de responder, el rostro de Rosalie palideció entendiendo a qué se refería—Y he aceptado, despues de todo es el más dispuesto a desposarte 

Rosalie sintió nauseas de solo pensarlo, ¿casada con Lord Williams?. Habia creído que Frederik tenía completamente claro que eran amigos, ella no buscaba más que eso pero claramente a sus espaldas, su familia si. 

—No...papa

—Margot ya está casi con un pie en el altar, y me encargaré de encaminarte por el mismo camino, así que debes empezar a hacerte la idea de que te convertiras en una mujer completa pronto —Rosalie estaba sofocada, quería gritar, romper todo y llorar. Su padre ni siquiera la miraba a la cara mientras le decía aquellas palabras. 

—No —La desesperacion era latente en su voz, sentimiento que poco a poco se convertía en enojo y rabia hacia su padre— Dijiste que mi tarea era ayudar a Margot a buscar un marido. Nunca estuvo en los planes que yo me casara con el primer Lord que te pidiera tu bendicion ¿Acaso te volviste...?¿Es que estás de...? —Ni siquiera podía acabar las frases, su respiración era acelerada y sus mejillas sonrojadas denotaban el calor que sentía, sin mencionar sus ojos llenos de lagrimas.

—No es algo que discutiré, Rosalie —Se tomó el puente de la nariz ya harto e intentando contener sus propias palabras— Si no te hubieras encargado de espantar a todos tus pretendientes, habrías tenido la posibilidad de escoger tu misma. Frederik Williams ha sido el unico con la paciencia y el temple para mantener su cortejo —Sus manos formaron puños que se apoyaron en el escritorio de madera, inclinandose hacía adelante— No es mi culpa que te ilusionaras con tu historia de solterona, te casarás y fin de la discusión.

Rosalie no necesitó más palabras para marcharse de ahí, el agobio y desesperación que sentía la aturdieron obligandola a descansar unos momentos en una de las paredes de los largos pasillos de su hogar, mientras intentaba controlar su acelerada respiración escuchó los pasos detrás de ella. 

—¿Lo sabías? —Encaró a la mayor. Margot tragó saliva queriendo explicarse y en un intento de acercarse, Rosalie la paró en seco— ¿Lo supiste todo este tiempo, no es así? 

—Rosalie —La mencionada negó sin poder creerlo, no necesitaba escucharla para darse cuenta de todo— Quería que conocieras a alguien sin esa presión encima, pensé que sería más fácil para ti — Intentó explicar sus intenciones, no quería hacerle daño, al contrario, Margot creía que la ayudaba.

—Todo este tiempo creí que me apoyaban mi decisión pero solo me han visto la cara, para que a la primera oportunidad me comprometieran al primero que estuviera dispuesto a arrodillarse —Se sentía traicionada, después de creer ciegamente que el lazo con su hermana se estaba fortaleciendo— ¿Sin presión? ¡Incluso la reina esperaba comprometerme!

—¡No sabía que resultarías el diamante de la temporada! —Respondió exasperada— Aún tienes tiempo, antes de que Lord Williams se arrodille, puedes buscar otra pareja, alguien que te guste, como Benedict por ejemplo —Rosalie ni siquiera tenía cabeza para aquellas ideas en ese momento— Te ayudaré en todo lo que pueda, Rose

—Creo que ya has hecho más que suficiente — La cortó de raíz dándole una última mirada. Margot se quedó sola en aquel desolado pasillo sintiéndose culpable pero, ¿Qué podía hacer ella ante las demandas de su padre?. 

El ánimo que había mantenido Rosalie los últimos días se había desvanecido rápidamente como humo, había caído en cuenta después de mucho tiempo que estaba viviendo una realidad llena de mentiras, quizás si, había creído que sería libre del matrimonio pero por supuesto eso no era eterno, estaba condenada por el simple hecho de ser mujer. 

Sentía el corazón destrozado, y eso fue suficiente inspiración para comenzar a redactar algo a su amigo Bridgerton. 

Por su lado, Gerard Beaumont se sentía miserable, sentado en su despacho y ahogando sus penas en un vaso del alcohol más fuerte que tenía. No había manejado bien la situación, no había manejado nada bien desde hace años, lo podía confesar en sus pensamientos, más no expresarlo en palabras.

—Es por el bien de ellas —Se repitió a sus adentros.

finding love;benedict bridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora