Donde Rodrigo, un chico muy amable y estudioso, ve una situación que le llama la atención alterando así la misma que estaba prestando a la clase, ahí le aparece un nuevo interés que está dispuesto a lograr conseguir.
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Para una persona que ama dormir, el sonido de la alarma es lo peor que puede existir.
Era la hora de ir a clases, la alarma sonaba en la habitación de Rodri, quien se encontraba dormido plácidamente, pero no por mucho, ya que ese inquietante sonido lo hizo despertar casi de inmediato. —Ay dios, necesito apagar esto — murmuró en un tono cansado mientras se incorporaba y frotaba sus ojos levemente.
Se levantó apagando la alarma y se puso en dirección al baño, donde acomodó su pelo rizado castaño levemente despeinado y lavó su cara suavemente. Volvió a su habitación para agarrar ropa para cambiarse, pero su acción fue distraída por Barry, su pequeño gatito anaranjado, al que agarró en brazos para besar brevemente su pequeña cabeza. —Barry no sabes la pereza que tengo —dijo el castaño mientras soltaba al animal con delicadeza.
Tras soltar al felino, agarró su mochila y se puso en camino para llegar a tiempo a clases. Al llegar, entró en su salón y rápidamente localizó a su amigo Germán, quien lo esperaba con una amable sonrisa; —¿Qué onda amigo? — dijo Ger mientras abrazaba brevemente a su amigo y le daba leves toquecitos en la espalda. —Te diría que todo piola pero no dormí nada, no doy más — respondió Rodri mientras dejaba su mochila. —¿De nuevo estudiaste hasta tarde? Amigo deberías empezar a dormir más — contestó Germán preocupado por el estado de su amigo.
Pero sin dejarle tiempo de contestar, la conversación fue interrumpida por la entrada del profesor, todos se callaron y se acomodaron en sus sitios para comenzar con las clases.
Rodri estaba muy aburrido pero eso cambió cuando al fijarse en el pasillo pudo ver a un peli negro alto que parecía huir de alguien junto a su amigo, pero no se les veía angustiados, ya que, ambos reían a la vez que huían. Poco despues vio como el director andaba por ese mismo pasillo y no se le veía muy feliz.
Rodri no le dio mucha importancia y simplemente volvió a prestar atención a la clase,pero se le hizo imposible ya que quería saber de quién se trataba ese peli negro, le llamó mucho la atención y no pudo parar de pensar en él por el resto de la hora.
Llegó la hora del receso y Rodrigo le contó a su amigo Germán sobre la situación que observó en clase; —Amigo, ¿Viste que habían dos chicos corriendo por el pasillo? Creo que se escaparon de clase — dijo Rodri mientras se acomodaban en un banco bajo un árbol. —¿Que decís? ¿Posta? — contestó Gérman expresando en su rostro asombro. —Si amigo, era un peli negro re alto y su amigo pero a él no le vi bien — le explicó Rodri a su amigo.
Germán rodó sus ojos al escuchar las palabras de su amigo. —¿Qué pasó? — preguntó Rodrigo mostrando intriga. —Probablemente eran Iván y Tomás — le contestó Germán con leve desinterés.
La expresión facial de Rodrigo mostraba confusión al escuchar las palabras de su amigo. —¿Es joda? ¿No sabes quienes son?— dijo Ger incrédulo. —La verdad no — contestó Rodrigo extrañado. —Boludo, ellos son los más populares de toda la escuela, tienen a todas las pibas locas —explicó Germán. —Sobre todo Iván, el alto, es boxeador — agregó Ger rodando sus ojos nuevamente. —No sabía amigo — dijo Rodrigo conservando aún ese tono de intriga. — Él va conmigo a ciencias — dijo Germán mirando al castaño. — Nunca le hablé, tiene mucho ego — agregó Germán cruzando sus brazos.
Rodrigo simplemente le sonrió a su amigo y le apoyó la mano sobre su hombro.
El timbre sonó y se despidieron ya que a esa hora tenían clases separadas, Rodri fue a su taquilla a por el material para la siguiente clase y pudo observar que Iván y Tomás se encontraban hablando con el director. Quería saber que les estaba diciendo pero se encontraban un tanto lejos así que no alcanzó a escuchar nada, simplemente pasó de largo y llegó a su taquilla para agarrar los libros. Pero de reojo observó como Iván se acercaba a él, su corazón se aceleró casi al instante, fingió buscar algo en su taquilla.
—¿Sos Rodrigo? — dijo el peli negro parándose a su lado. —Sí, ¿Qué queres? — respondió Rodrigo con un tono medio nervioso. —Escuché que sos bueno en ciencias, quería decirte que si tenes un rato para explicarme, tengo una prueba pronto y no entiendo nada —contestó Iván colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón y mirando al más bajo de arriba a abajo.
El corazón de Rodrigo se aceleró aún más, sus mejillas se calentaron tomando un color carmín y simplemente contestó lo primero que le salió ya que su mente se encontraba totalmente en blanco.
—Sí obvio, no hay problema — respondió Rodrigo sonriéndole al más alto. —Dale, mañana a la tarde iré a la biblioteca a hacer tarea, ¿Nos vemos allá? — preguntó Iván al de ojos verdes. —Bueno, intentaré hacer las cosas rápido para ir — dijo Rodrigo un poco más calmado. —Dale nos vemos allá, gracias — dijo Iván mientras sonreía levemente y se daba la vuelta para ir a clase.
Rodrigo agarró sus cosas y se fue rápido a clase, entró y pasó el resto de las clases pensando en lo sucedido.
"No lo conoces,Rodrigo." "Solo necesita ayuda en algo y ya."
Pero cada vez que recordaba la forma en la que lo miraba de arriba a abajo un escalofrío recorría su espalda mientras sus mejillas se calentaban.
Sonó el timbre que marcaba la hora de ir a casa, Rodrigo agarró su mochila y se levantó de su banca para ir a la salida y encontrarse con su amigo Germán. En cuanto localizó a su amigo fue directo a contarle lo que le había pasado. —Ger, ¿Sabes que me pasó? — dijo Rodri mirándolo todavía incrédulo. —¿Qué pasó amigo? — preguntó Germán intrigado. —Iván me dijo que le explicara algo de ciencias — dijo Rodri mientras reía.
Germán cambió su expresión facial a una de confusión mezclada con un leve enfado. —¿Posta? Pero si ni se conocen, ¿No? —preguntó seriamente Germán extrañado. —No amigo, pero que se yo, no le iba a decir que no — dijo Rodrigo encogiéndose de hombros. —Y bueno, ve con cuidado, no me da buena vibra ese tipo — dijo Ger mostrando preocupación. —Amigo ni que me fuera a matar, tranquilo Ger, estaré bien — respondió Rodrigo amablemente mientras abrazaba a su amigo.
Posteriormente se despidieron y se fueron a casa. Rodrigo fue recibido en casa por su pequeño gatito al que agarró y tumbó en su regazo tras tirarse al sofá.
Mientras acariciaba a Barry miraba al techo pensando en la situación ocurrida horas antes, no podía dejar de pensar en la forma en la que analizaba que parte de su cuerpo recorriéndolo de arriba a abajo con esos lindos ojos...
—"Ni lo conozco" — dijo para sí mismo suspirando para cerrar sus ojos.
—"Pero tal vez si le ayudo nos hacemos más cercanos" — pensó antes de quedarse dormido en el sofá junto a su pequeño gatito anaranjado.
